Pérez y Giménez arriesgaron más de lo que tenían para ganar en la coyuntura. El premio es a futuro: por muchos años la misa chacarera será referencia de la convocatoria más grande. Opinión
Paco Pérez y Jorge Giménez arriesgaron más de los réditos posibles en la coyuntura entre las PASO y las generales con el Indio Solari tocando en el autódromo de la Ciudad de San Martín y las bandas acampando en el Parque Agnesi (y agotando pasajes y hoteles de todas las estrellas el fin de semana). El premio al riesgo es a futuro: por muchos años la misa chacarera será la referencia de la convocatoria más grande.
Pasado "el pogo más grande del universo", como lo calificó el líder de la cultura ricotera, la única del país capaz de reunir tanta gente en un recital con entradas a $300, quedaron en ridículo los pronosticadores del caos. Pero toda misa es política. Para que se concretara el show del que vamos a hablar mientras que existamos los que fuimos fue indispensable la mano de los gobiernos de la Provincia y el Municipio.
El Indio trajo más turistas que la Selección de Chile en la Copa América. El gobernador Francisco Pérez hizo similares gestiones para una cosa y para la otra, pero los costos potenciales de las decisiones eran distintos, como lo demostró la pila de facturas que la oposición política le pasó al gobernador. Y a Giménez, además, le levantaron cargos algunos comerciantes por llenar de ricoteros la ciudad.
La comparación con la Copa América tiene una distinción: a la provincia le costó mucho más plata que se jugaran los partidos del torneo continental que los acordes de Los Fundamentalistas del aire acondicionado. Los objetivos eran distintos, pero ninguno de los dos eventos era posible sin la mano del Estado.
Al final, el recital del Indio Solari del que habló la prensa del país, con enviados especiales, satélites contratados y espacios en programas y noticieros fue una demostración de las buenas presunciones. Como toda misa es política, además del rol estatal en un evento de esa magnitud, su predica no es inocente a los ojos de los sectores que comulgan en otras iglesias.
No hubo muertos ni heridos y San Martín no desapareció. No hubo noticia. ¿No?
