La presidenta Cristina Fernández arribó a Roma para participar el sábado en un almuerzo al que la invitó el papa Francisco para sumar el cuarto encuentro entre ambos desde que Jorge Begoglio fue ungido mandamás de la Iglesia Católica.
Inmediatamente después del aterrizaje, la jefa de estado fue trasladada desde el aeropuerto de Fiumicino hacia el Hotel Edén, donde se aloja junto a la comitiva oficial, informó la agencia de noticias Télam.
Luego del almuerzo la presidenta partirá hacia Nueva York, donde dará un discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas para fortalecer posición argentina contra los fondos buitre.
La primera reunión entre la Presidenta y el Papa ocurrió poco después de que Bergoglio fuese nombrado jefe de la Iglesia a un día antes de su primera misa como sumo pontífice. El segundo encuentro se produjo en julio de 2013, cuando Francisco se encontraba en Brasil. En marzo de este año se volvieron a ver las caras en el Vaticano, en una charla que se extendió por cuatro horas.
El embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, describió como “grandísimas” las expectativas sobre la reunión que concretarán mañana la presidenta argentina y el papa Francisco.
“La expectativa es grandísima” afirmó hoy Cafiero en la sede diplomática argentina ante la Santa Sede, a la vez que resaltó “las cualidades de ambos líderes” y aseguró que cada vez que se han encontrado los mandatarios “ha sido positivo para la Argentina”.
El diplomático calificó la relación entre ambos Estados como “excelente” y rechazó los rumores de una supuesta preocupación en la Santa Sede sobre la situación política de nuestro país al afirmar que el Vaticano “no tiene ninguna duda sobre la sanidad, fortaleza y proyección de la vida democrática en Argentina”
“En mi relación como embajador, que converso cotidianamente y tengo una colaboración permanente con las autoridades del Vaticano, jamás en los seis años que llevo aquí se planteó este tema”, aseguró hoy en diálogo con Télam.
Unas de las acciones recientes que destacan el buen momento de las relaciones entre el Vaticano y la República Argentina, fue la reglamentación por parte de la presidenta de la Nación de la ley que declaró de interés nacional a la Red Mundial de Escuelas para el Encuentro-Scholas.