Desde el 10 de agosto se hará el juicio por la desaparición de Soledad Olivera en Lavalle, que llega con un sólo acusado, Mariano Luque, la última persona con la que se la vio y tras lo cual se pierden sus rastros.
Soledad desapareció el 18 de noviembre de 2011, en la localidad de Tres de Mayo. Vivía junto a sus tres pequeños hijos. La querella solicita que se cambie la carátula de "privación ilegítima de la libertad" por "homicidio" o "femicidio", entre las cuales hay un asustancial diferencia de años de condena.
Peñaloza sostuvo en el programa El Candil, de Radio Nacional, que el imputado está incriminado por mantener una fluida comunicación a través de mensajes de texto con la víctima. “Durante ese día en la mañana, hubo intercambio de mensajes de textos y Soledad salió diciendo que iba a juntarse con Luque y desde allí desaparece”, señaló.
"Para la ley se privó de libertad una persona pero está desaparecida, es muy liviano que se acuse a Luque por privación de libertad, es decir que hace tres años que la tiene privada de libertad", indicó.
La defensa del acusado argumenta que “Soledad ejercía la prostitución y que se fue a otra provincia. Seguramente durante el juicio mantendrán los mismos lineamientos. Pero está comprobado por testigos y mensajes de textos de que había una relación entre ambos, conflictiva, y hasta hay una sospecha de que estaría embarazada. Hay testigos que la ven hacia la casa de Luque, ella anunció que ella iba a reunirse con él", señaló Peñaloza.
El juicio tiene una duración de 5 días, según lo estableció el Tribunal a cargo de los jueces Roberto Uliarte, José Valerio y Mateo Bermejo.
El caso de Soledad Olivera es un emblema, junto con la desaparición de Johana Chacón, de la lucha de los lavallinos por averiguar la verdad sobre el destino de las dos jóvenes.
