La suma del poder público

La salida de Llorente le abre a Cornejo la puerta para moldear aún más a una Corte en la que ya tiene mayoría

Share
Tiempo estimado de lectura: 2 minutos

Cornejo y Llorente en una de las aperturas del año judicial.

El juez de la Suprema Corte Pedro Llorente, de extracción radical, anunció a sus pares que renunciará a su cargo para jubilarse, a sus 82 años. Ingresó al máximo órgano en 1987, propuesto por el entonces gobernador, Felipe Llaver, y lo presidió en varias oportunidades.

Alfredo Cornejo deberá designar entonces a su reemplazante, quien asumiría en febrero o marzo, tras pasar el trámite de rigor en el Senado, donde el cornejismo tiene mayoría.

La Corte seguirá teniendo pues una mayoría filo-radical: Dalmiro Garay, José Valerio, el reemplazante de Llorente y Teresa Day, frente a dos jueces filo-peronistas, Julio Gómez y Mario Adaro, y uno referenciado en los movimientos de Derechos Humanos, Omar Palermo.

La Suprema Corte es uno de los engranajes de poder público dominado por Cornejo desde la reforma que impulsó para licuar la Sala 2, el último de los reductos de poder que no estaba bajo su poder.

Desde su primera gestión Cornejo quiso modificar la Corte, pero no fue sino hasta 2022 que apuró, a través de su sucesor Rodolfo Suarez, esos cambios.

La Sala II era la penal y laboral, y desapareció en 2023 para pasar a un sistema de sorteo entre los siete ministros "previa decisión fundada del pleno de la Suprema Corte de Justicia –adoptada por dos tercios de la totalidad de sus miembros-”. El sistema de sorteos entró en vigencia en diciembre de 2023.

 

Share