Lagomarsino relató a la prensa las circunstancias por las que le llevó un arma a Nisman sin admitir preguntas

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Diego Lagomarsino y su abogado, Maximiliano Rusconi, durante la exposición del informático ante la prensa, este miércoles en la tarde.
Diego Lagomarsino y su abogado, Maximiliano Rusconi, durante la exposición del informático ante la prensa, este miércoles en la tarde.

 

El informático Diego Lagomarsino, la última persona que -según se conoce- vio con vida al fiscal Alberto Nisman y le prestó el arma que disparó la bala que mató al fiscal especial de la causa AMIA, hizo una exposición ante la prensa de su versión de los hechos que le valieron una imputación en la causa que investiga el deceso del magistrado.

"No estoy bien porque se fue una persona con la cual trabaje mucho tiempo", afirmó en el inicio del relato realizado junto a su abogado defensor Maximiliano Rusconi, quien en repetidas oportunidades apuntó a la presidenta Cristina Fernández y a funcionarios del gobierno como presuntos encubridores de la muerte del fiscal.

La exposición sin respuestas a la prensa por parte del imputado se concretó en la tarde del miércoles en el estudio del abogado ubicado en Avenida Córdoba 838, piso 2, oficina 4. Lagomarsino aclaró que su silencio se debió a que la fiscal del caso, Viviana Fein, le pidió que no hablara con ningún medio.

El especialista en informática de 38 años, afirmó que el fiscal le dijo que tenía "miedo por las chicas" y que no confiaba en sus custodios. El imputado dijo que el fiscal le pidió el arma para estar protegido cuando saliera con las hijas y a renglón seguido evitó contestar cuando le remarcaron que las hijas estaban en Europa.

Lagomarsino confirmó lo que trascendió de su primera declaración en la causa, antes de ser imputado. "Me dijo que estaba preocupado y que tenía más miedo de tener razón que de no tenerla", relató.

Lagomarsino nombró a Rusconi como su abogado tras haber sido imputado por haber facilitado al fiscal Nisman el arma que le provocó la muerte.

El abogado Maximiliano Rusconi, representante de Diego Lagomarsino en la causa por la muerte de Alberto Nisman, tiene una polémica cartera de clientes: es también el encargado de la defensa de Carlos Menem en la causa por la venta de armas a Croacia y Ecuador.

Rusconi tiene en sus manos la defensa del especialista en informática Lagormasino, que es el único imputado en la causa por la muerte del fiscal de la AMIA.

 

El relato

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"Estoy el sábado en mi casa y me aparece una llamada privada en mi teléfono. Era Alberto Nisman diciéndome si podía ir. No era infrecuente que me pidiera eso. Llego a Puerto Madero en 20 minutos. Me identifico en el portón que queda más para el lado del río. Hablan con alguien arriba y me autorizan el acceso.

"Entro por la puerta de servicio. Subo y me abre la puerta. Paso a la cocina. Sobre la mesa del living había mucha documentación. Me llamó la atención que había cuatro resaltadores amarillos. Me llamó la atención por la forma que era él. Le pregunté si había tenido más repercusión y me dijo que sí, que su madre había tenido que ir al súper por él. Me dijo que en realidad estaba más preocupado por tener razón que por no tener razón. En ese momento me dice '¿Tenés un arma?'. Me dejó mal, no lo podía creer y lamentablemente le dije que sí. 'Tengo miedo por las chicas', me dijo. Pero Alberto vos tenés seguridad. 'Pero ya no confío ni siquiera en la custodia'.

"'¿Vos sabés lo que es que tus hijas no quieran estar con vos porque tienen miedo?': Le dije: mirá es un arma vieja, es una 22. Es para llevar en la guantera por si viene algún loquito. Es un arma que realmente fallaba. Y me dijo, ¿el único favor que te pido y no me lo hacés?'

"A la ida no estaba su custodia, me dijo que la había mandado a hacer un trámite. Cuando vuelvo sí estaba la custodia. Subo con el custodio por el ascensor. Sale Nisman con un sobre de color madera y se lo entrega. El custodio se va. Yo entro. Estaba muy shockeado. Me hace pasar al living. Le pido un café, me da una cápsula y me pide que me lo prepare. Yo no soy experto en armas, pero la persona que me lo dio me dio las instrucciones y se la di. Ïgual no te preocupes porque no la voy a usar, me dijo. Le expliqué y el hizo toda la operatoria.

"Me dijo que tenía portación porque era fiscal. El envuelve el arma en el paño verde y lo deja en el apoyabrazos del sillón. Me hace salir por el frente. Toco el botón del ascensor, me subo, hbaía cinco personas, me bajo en la planta principal. Tres personas se bajaron y otros dos siguieron hacia planta baja. Y ahí me fui. Fui a buscar la camioneta y agarré la autopista y me fui".

Fuentes: La Nación / Infonews

 

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