Los de Boedo se fueron del Sur con la tranquilidad de haber remontado un torneo que empezó para el olvido. Los de Guillermo Barros Schelotto y los de Juan Pizzi protagonizaron un juego sin emociones ni ambiciones en el cierre del año.
El último partido del año, con el campeonato definido, no representó mucha expectativa para San Lorenzo y Lanús. Sin embargo, el puntito que se repartieron tras el 0-0 en el Sur suma. Porque el Cuervo termina el año de racha (acumula cinco sin perder) y, sobre todo, porque sabe a qué juega, le salga o no. Del otro lado, aunque se quedó a las puertas del título, el Grana debe celebrar el campañón que hizo el equipo del Melli Guillermo en su debut como entrenador.
De fútbol hubo poco. Apenas una filtración de Bordagaray que salvó Izquierdoz en la línea fue casi la única para contar en el PT. San Lorenzo arrancó con mucha tenencia y movilidad en la mitad de la cancha pero se fue quedando. También tuvo que ver con eso Lanús, que tras algunos minutos de estudio le arrebató las riendas del partido. Eso sí, aún con Valeri en un buen nivel en la mitad de la cancha, tuvo muy pocas ideas peligrosas para el arco de Migliore.
En el complemento los de Pizzi volvieron a amagar pero no pudieron quebrar el arco local. Bordagay tuvo otras dos chances claras pero quedó claro que no tenía el botín afinado. Lanús fue de contra, sin arriesgar demasiado para buscar un partido que podía dejarlo sin nada.
No había que perder y ninguno lo hizo. Dejaron poco pero en el final del Inicial, a la hora de chequear los balances, los números quedan mucho más cerca del haber para ambos. Desde la llegada de Juan Antonio, San Lorenzo tomó algo de aire en los promedios y sigue sumando. Con un par de refuerzos, quizás esté para algo más cuando el fútbol vuelva de las vacaciones.
Fuente: Olé
