"No podíamos hacer minería del futuro con las leyes del pasado", soltó Jimena Latorre, ministra de Energía y Ambiente, sintetizando la avanzada legar que implementó Alfredo Cornejo para imponer la megaminería metalífera. Fue en el inicio de la cumbre de lobbistas, empresarios y gobernadores donde se reforzó la alianza llamada Mesa del Cobre.
"No es la Mendoza de hace 20 años, y en función de eso vimos qué es lo que necesitábamos. Necesitábamos actualizar el marco normativo. No podíamos hacer minería del futuro con las leyes del pasado, y tan del pasado, del 45", se explayó, refiriéndose al Código de Procedimiento Minero, que convirtió en letra muerta a la 7722, pues ya no obliga a las empresas o inversores a cumplirla, sino sólo a regirse por el código de fondo, es decir el Código de Minería de la Nación.
"Necesitábamos promover volumen de inversión. Mendoza estaba en la black list de la minería, nos lo han dicho empresarios de todo el mundo. Nos ha costado explicar porqué ahora si", confió la ministra. Para eso tuvieron que convencer, o intentar convencer, a inversores extranjeros, de que en Mendoza ya no eran un problema ni las leyes ni las protestas en defensa de la 7722.
Sobre el plan cornejista de imponer la megaminería, que deja al gobernador a las puertas de la reelección, indicó: "Fue una visión de oportunidad de mercados, de lo que la sociedad demandaba, atender la necesidad de reactivar actividades económicas que nos permitan crecer y buscar cómo ampliar la matriz productiva".