Bodoc sobre el rodaje en Hollywood de Tiempo de Dragones: "En estas latitudes avanzamos ¡a machete!"

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La escritora argentina Liliana Bodoc, una de las referentes de la literatura fantástica latinoamericana, está trabajando intensamente con el artista plástico Ciruelo en la versión definitiva del guion de Tiempo de dragones, la primera pelí­cula argentina de género épico que se rodará en Hollywood con dirección del argentino Pablo Helman, con dragones de la América originaria como protagonistas.

Si bien Tiempo de Dragones comenzó como un guion cinematográfico trabajado entre Ciruelo y Bodoc (Santa Fe, 1958), la historia "'pidió cancha' y todos sentimos muy orgánico permitirle crecer antes de recortarla en el formato de guión", cuenta la autora a Télam sobre este proyecto que se convertirá también en un libro.

Tras la publicación de la trilogía épica La Saga de los Confines, que concluyó en 2004, la carrera de Bodoc cobró notoriedad, su obra fue traducida a varios idiomas y tuvo importante reconocimiento en Europa, Estados Unidos y América Latina por su poética destreza narrativa y el alcance de su universo fantástico.

Fue ese desarrollo creativo lo que la unió a Ciruelo (Buenos Aires, 1963), con quien creyeron posible "superponer nuestras imágenes y palabras para contar otra épica fantástica que posicione a los dragones en la América originaria".

La historia finalmente llegará al cine producida por Nomad VFX, que ya lanzó en la web un "teaser" de la película con imponentes efectos especiales.

Esta es la primera vez que creadores argentinos llevan dragones a la gran pantalla y la trama, adelanta Bodoc, se basa en "la existencia de una profecía fraguada por diecisiete monjes borrachos; una profecía que, en principio, no parece más que un desvarío, pero que luego empezará a cobrar verdad. Esa profecía habla de la llegada de un tiempo de hermandad entre humanos y dragones y de la llegada de un Elegido".

-¿Cómo surgió la idea de este guión conjunto?
-Fue a partir de las coincidencias y los espacios comunes entre el trabajo y la cosmogonía que Ciruelo instala en sus libros y la mía, en la Saga de los Confines. Mestizar podría ser una palabra posible. Contar cómo los dragones llegaron a este continente, trabajar sobre la idea de una reunión entre dragones, alquimistas y chamanes.

liliana

 

-¿Qué situaciones coincidieron para que se pueda llevar adelante este proyecto?
-Parto del mutuo respeto y cariño entre Ciruelo y yo. Continúo por el amor que ambos sentimos hacia lo mágico como un concepto regenerador de la realidad. Ambos somos de estas tierras y nos interesa desplegar en América nuestros imaginarios. Desde luego, también estuvo el interés de los productores por llevar adelante este gran sueño.

-¿Con qué obstáculos te encontraste a la hora de transponer un texto propio a otro formato como el cine?
-Lo primero y fundamental es que debemos dejar de lado la literatura. ¡Me duele el alma! Seriamente hablando, un guión debe ceder espacios a las imágenes, a la música, a la acción y restárselos a la palabra. Ese es un gran aprendizaje para quienes venimos del mundo de la escritura. Mucho más para los que escribimos en clave épica porque allí tenemos un territorio muy vasto por describir y por contar. Cuando llega el cine nos hace shhh...

-¿Qué características cinematográficas tendrán los dragones? ¿qué otras criaturas estarán en la película?
-Sin dudas será Hobsyllwin, la gran dragona blanca de Ciruelo, la protagonista de esta saga. En cuanto a sus especificaciones técnicas, no soy la más adecuada para hablar, pero sí puedo decir que son dragones de Ciruelo que nos van a conmover.

-¿Qué sentís al ver materializados tus relatos en la pantalla?
-Bueno, por ahora puedo hablarte en futuro. Será, cuando sea, una experiencia inolvidable. Todo trabajo colectivo, y el cine lo es, requiere desensillar del individualismo y crear con los otros.

-¿Qué fascinación humana crees que hay sobre los dragones? Y a vos, ¿qué te atrae?
-La misma fascinación que ejercen los dioses, los misterios, la muerte. Los dragones simbolizan, en muchos sentidos, el alma humana, que quiere volar y lanzar fuego. Un dragón volando se parece a nuestros deseos de inmortalidad, a nuestra necesidad de trascendencia.

En cuanto a mí, los dragones fueron llegando lentamente a mi vida. Tuve que aprender a conocerlos, a amarlos. Leí acerca de su importancia simbólica en una gran diversidad de culturas. Comprendí que nuestra Serpiente Emplumada es el dragón americano.

-¿Qué se necesita para escribir literatura fantástica y épica en términos de observación e inspiración? ¿Cómo unís lo mágico, lo fantástico con lo autóctono?
-Ante todo se necesita tomar lo mágico muy en serio. Se necesita saber que mágico no es sinónimo de incoherente, inverosímil o absurdo. Se necesita saber que la literatura fantástica requiere de una lógica estricta. Alternativa, ¡pero estricta!

Luego, la unión de lo mágico y lo autóctono es muy sencilla. Alcanza con deshacer los arquetipos del cine y la literatura anglosajones. Aquí también hay magia, y de la buena. Aquí no hay druidas, pero hay chamanes; aquí no hay reyes, pero sí hay caciques.

-Alguien alguna vez me dijo que si vos hubieras escrito La Saga de los Confines en Londres sería como Harry Potter. ¿Qué pensás de eso?
-Aunque agradezco el comentario, no sé eso. Sin embargo, y mucho más allá de mi trabajo personal, es cierto que las producciones que nacen en el norte transitan por caminos más anchos. Nosotros, quienes creamos en estas latitudes, debemos conformarnos con senderos angostos y llenos de maleza. Pero ahí vamos ¡a machete!

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