A los 39 años, Omar Narváez aseguró que seguirá boxeando luego de la derrota en Tokio

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El boxeador argentino Omar Narváez avisó que la derrota con el japonés Naoya Inoue, el pasado martes en Tokio, "no significa el final" de su carrera, por lo que confió en "volver a ser campeón mundial" este año en la categoría mosca o supermosca. El chubutense reveló que el deseo de recuperar la corona será su "pedido a los Reyes Magos" el martes próximo, fecha coincidente con su vuelta a los entrenamientos.

"Tomo esta pelea como un accidente que no me debilita para nada ni significa el final de mi carrera. Me siento fuerte y con muchas ganas. Voy a volver a ser campeón mundial", garantizó Narváez en diálogo con la agencia Télam en su llegada a Trelew, luego de un extenso viaje desde Japón, con escalas en Dubai, San Pablo y Buenos Aires.

El Huracán, de 39 años, anunció que la semana próxima retomará la preparación física en su ciudad natal y que su "pedido a los Reyes Magos" será recuperar la corona "en la categoría mosca o supermosca", cuyo título versión OMB resignó ante el invicto local en el Metropolitan Gym de Tokio.

El boxeador llegó a Chubut, acompañado de su hijo Junior Andrés, su preparador físico Roberto Ruiz y su hermano Daniel, que en la previa del combate del martes también perdió con el hermano de Inoue en peso mosca. En sus primeras palabras con un medio argentino tras perder la duodécima defensa del cinturón supermosca OMB, Narváez aseguró que "no hay reproches" en relación a la estrategia con la que encaró el duelo Inoue, de 21 años. "Llegué física y técnicamente muy bien, dos días antes di el peso de la categoría sin problemas (51,823 kilogramos) pero Inoue tuvo suerte, me sorprendió con un golpe... No imagine que fuera tan fuerte, es un peleador explosivo con mucho futuro", reconoció.

Con la derrota, Narváez bajó su historial a 43-2-2 (23 KO-1 PKO), mientras que el japonés, también campeón minimosca CMB desde el pasado 6 de abril cuando venció al mexicano Adrián Hernández, llevó sus números a 8-0 (7 KO).

El argentino estuvo a dos triunfos de igualar la marca de 31 defensas mundiales exitosas, propiedad del célebre boxeador mexicano Julio César Chávez. En julio de 2002, en el Luna Park porteño, le arrebató al nicaragüense Adonis Rivas el título mosca OMB, que luego defendió 16 veces para marcar un récord entre campeones mundiales argentinos. Posteriormente, se pasó a la división inmediata superior (supermosca), en la que reinaba desde el 10 de mayo pasado cuando le ganó al nicaragüense Everth Briceño con decisión unánime en doce rounds, también en el Luna Park. A lo largo de su extensa carrera, el chubutense también fue campeón panamericano en Winnipeg 1999 y representante olímpico en Atlanta 1996 y Sidney 2000.

Fuente: Cancha Llena

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