Por Javier Polvani
@javierpolvani
La fórmula no falla nunca: sobre torpezas de millonarios, famosos o políticos se construyen grandes monstruos. Con la hilacha de los diputados, El Mendolotudo tejerá la capa del superhéroe que viene.
La Cámara de Diputados aprobó esta semana un proyecto de repudio a la publicación El Mendolotudo en disconformidad con los términos de una nota sobre Las Heras. "A nadie se le ocurre denunciar a Capusotto por su personaje Micky Vainilla", puso cordura en el debate el legislador Héctor Fresina, de la izquierda, que fue el único sector legislativo que se opuso a un repudio institucional a El Mendolotudo.
El Mendolotudo es una publicación humorística de Mendoza de calidad a evaluar por los consumidores. Nunca, en lo personal, pude pasar la segunda línea de una nota, pero si les falta lugar donde decir mendolotudeces, yo les ayudo a conseguirlo, aunque no les hará falta porque bastante bien lo hacen solos.
El Mendolotudo es un bolazo, pero un bolazo bien hecho. Y con una constancia admirable para una publicación de la provincia. Fui testigo de la sorpresa que causó cuando apareció. Entre los periodistas de los multimedios afectos a sorprenderse con las burbujas de la Coca Cola (sólo entre los afectos a eso, no entre todos los periodistas de los multimedios) hizo furor con una muy buena campaña para embaucarlos: la fiestas de la farándula de los periodistas y personajes de las redes sociales de Mendoza.
Enmascarados y con sobrenombres, los creadores de El Mendolotudo se hicieron amigos de los "famosos" y terminaron con un acuerdo de distribución por la Internet con Mdz. Pasaron a ser botín de peleas ajenas a su origen como publicación.
En ese rol llegaron a una sesión de repudio en Diputados, donde en realidad lo que quisieron fue repudiar a Mdz pero como no se animaron lo hicieron con el producto asociado con menos poder de todos los que componen la cadena del grupo: El Mendolotudo.