Australia movilizó este sábado a tres mil reservistas en una nueva jornada de incendios forestales en condiciones "catastróficas" en el sureste del país, donde dos nuevas víctimas elevaron a 23 número de muertos en esta crisis.
Los fallecimientos tuvieron lugar en la isla Kangaroo, la tercera más grande del país, situada a 112 kilómetros de Adelaida, en el estado de Australia del Sur, donde se han calcinado 100.000 hectáreas, la mayoría en el parque nacional Flinders Chase, hogar de 60.000 canguros, 50.000 koalas y animales en peligro.
En tanto, el humo provocado por los incendios llegó también a Nueva Zelanda y los expertos advirtieron que las nubes de hollín podrían afectar los glaciares australes.
Glaciares en peligro
"El humo de los incendios forestales se extiende a través del mar de Tasmania, impulsado por los vientos. Es probable que coloree los cielos", señaló un reporte en redes sociales del Servicio Meteorológico de Nueva Zelanda.
De acuerdo con el sitio web de The Weekend Australian, "los glaciares australes en Nueva Zelanda se enfrentan a una nueva amenaza, que son las nubes de hollín naranja de los incendios forestales en Australia".
En los últimos días, un cielo anaranjado se apreciaba en algunas partes del territorio australiano, donde una veintena de personas y casi 500 millones de animales han muerto a causa de los incontrolables incendios.
Los expertos dijeron que "la ceniza que cayó sobre la nieve en Nueva Zelanda la semana pasada desde 1.900 kilómetros de distancia a través del Mar de Tasmania podría absorber más calor y derretir la nieve más rápido este verano, ya que un desastre climático acelera a otro".
Por su parte, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, aseguró que "ha sido devastador mirar desde lejos; sólo puedo imaginar lo que se siente al experimentarlo directamente".
Ardern dijo que la próxima semana Nueva Zelanda enviará a Australia otro equipo de 22 bomberos y apoyo logístico. "Hemos estado trabajando junto con nuestros homólogos