El plenario provincial del SUTE votó por hacer un nuevo paro, esta vez de 96 horas, en protesta por los salarios de pobreza que paga Suarez. No obstante, la medida quedará en suspenso hasta que el Gobierno lleve una nueva propuesta a la paritaria, convocada la semana que viene.
Del plenario participaron más de 180 delegados de toda la provincia, que votaron por unanimidad hacer otra huelga. Luego cuando se definió la modalidad, la mayoría se inclinó por la propuesta de la conducción, de hacer paro por cuatro días.
Si fracasa la próxima reunión, maestros y celadores concretarían la tercera huelga en un mes, después de la primera a fines de julio, y la del 8, 9 y 10 de agosto.
El jueves 18 a las 9 el SUTE y el Ejecutivo volverán a encontrarse en la paritaria, en medio de un conflicto que fue escalando, con un especial énfasis de Suarez de penalizar y perseguir a los huelguistas docentes, además del resto de los trabajadores.
Al cierre de la semana, después de conocerse el índice de inflación de 7% en Mendoza y del 7,4% en el promedio país, el Gobierno decidió reabrir la paritaria, una instancia a la que se negó tras el rechazo de la mayoría de los gremios a la oferta oficial.
Del apriete con la policía a la descalificación en los medios
Tanto en la primera de las huelgas docentes, a fines de julio, como en la semana que pasó, el Gobierno usó a las fuerzas policiales para amedrentar a los huelguistas. Primero les mandó uniformados a requisar trafics y otros transportes donde se trasladaban. No sólo lo hizo con los maestros, sino que lo extendió al resto de trabajadores estatales.
En plena paritaria, poco después, denunció a Roberto Macho, quien fue detenido y llevado a la cárcel, en un hecho que cosechó el repudio de todo el arco político, incluídos algunos miembros del propio Cambia Mendoza.
Poco después, buscó descreditar la huelga, votada en los plenarios en toda la provincia, dijo que era un paro "insólito", que estaba digitado desde Buenos Aires, y que los maestros en realidad no querían parar pero estaban "arrastrados por el kirchnerismo".
Subido a un tren de protección mediática, el titular de la DGE, José Thomas, incluso viajó al Sur -uno de los bastiones donde fue muy fuerte la huelga- y pautó entrevistas donde se dedicó a fustigar el paro. A la salida del multimedio de Omar Álvarez, frente a la plaza central de San Rafael, lo abordó un grupo de maestros exigiéndole la apertura de paritarias. El funcionario nunca bajó la ventanilla ni se detuvo.
Desde ese momento, el gremio siguió insistiendo con la apertura de paritarias. Y el Gobierno se mantuvo firme en su postura: no hay más plata y hay diálogo. Y si no, será decreto que, según Thomas, también es diálogo.