Los trabajadores de Donnelley resolvieron asumir el control de la planta cerrada por los dueños

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"Si la patronal insiste en la quiebra, nosotros vamos a continuar produciendo", sostuvo un delegado de la planta de Escobar.
"Si la patronal insiste en la quiebra, nosotros vamos a continuar produciendo", sostuvo un delegado de la planta de Escobar.

 

Los trabajadores de la imprenta Donnelley resolvieron gestionar por su cuenta la plata de Escobar, provincia de Buenos Aires, mientras los dueños foráneos de la empresa mantengan la decisión de cerrar las actividades, como informaron el lunes. Los trabajadores ingresaron este marte al inmueble para llevar adelante el relanzamiento de las máquinas y retomar las relaciones comerciales del negocio.

"Después de que la multinacional gráfica Donnelley cerrara en forma absolutamente ilegal, dejando más de cuatrocientas familias en la calle, y de que el Ministerio de Trabajo provincial constatara esta mañana el incumplimiento de la conciliación obligatoria, la Comisión Interna y los trabajadores de Donnelley resolvimos en asamblea general ingresar y ponerla a producir, para defender nuestra fuente de trabajo y el sustento de nuestras familias", sostuvo Jorge Medina, delegado de la planta.

Así, el conflicto en la planta de la localidad bonaerense de Garín escaló un peldaño más ante el fracaso de la audiencia convocada el lunes por la cartera laboral de la Provincia de Buenos Aires, y que se extendió por dos horas.

Medina aseguró que los empleados "no permitirán ningún chantaje de la empresa", en caso de que decida retrotraer la decisión de cierre. "Vamos a exigir su reapertura en las mismas condiciones de trabajo y de salario y manteniendo todos los puestos. Si la patronal insiste en la quiebra, nosotros vamos a continuar produciendo", sostuvo.

Esta mañana, los trabajadores esperaban avances contra el cierre "ilegal" del establecimiento, mediante un corte de tránsito frente a la empresa, en la colectora de la ruta Panamericana.

Los representantes de la fábrica señalaron que la empresa "miente" cuando dice que está en quiebra, ya que, señalaron, desde el año pasado la compañía reporta ganancias a nivel mundial por 208 millones de dólares. Según precisó el delegado René Córdoba, la multinacional "está denunciada por sindicatos de todo el mundo por su método de cerrar plantas de un día para el otro".

"Vamos a resguardar la fábrica y sus bienes, impidiendo su vaciamiento ilegal y defendiendo los más de cuatrocientos puestos de trabajo", planteó Córdoba, quien recordó su solidaridad a los empleados de la autopartista Lear, "otra multinacional yanqui que pretende dejar en la calle a decenas de familias y desconocer a los delegados votados por los trabajadores".

"Llamamos al conjunto de los trabajadores y de las organizaciones sociales, a toda la comunidad, a apoyar nuestra lucha en defensa de nuestros puestos de trabajo. Llamamos a todos nuestros compañeros gráficos a seguir llevando adelante la resolución votada en el plenario de delegados de la Federación Gráfica Bonaerense de no imprimir ninguno de los productos de Donnelley y reiteramos nuestra propuesta de paro general del gremio", concluyó el delegado Martín Killin.

La protesta se inició ayer alrededor de las 9 cuando un centenar de trabajadores de la imprenta cortaron el tránsito vehicular en la colectora a la altura del kilómetro 36,700, del ramal Campana, mano a Capital Federal. Los empleados se habían visto sorprendidos por la determinación de la empresa, que se limitó a anunciar el cierre a través de un comunicado pegado en las puertas de la fábrica.

"A partir del día de hoy, y hasta tanto la Corte Comercial competente tome una decisión al respecto, la planta de Garín permanecerá cerrada para asegurar la integridad física de los activos de la empresa, los cuales serán administrados por la misma Corte y, en su caso, liquidados entre los acreedores", rezaba el escrito de la multinacional.

Tiempo atrás, Donnelley pidió al Gobierno subsidios para mantener sus actividades. Incluso, intentó iniciar un proceso de crisis, pero ambos pedidos le fueron rechazados en su momento. El Ministerio de Trabajo también bloqueó el intento de despedir 123 empleados que semanas atrás había realizado la compañía. Esta vez, la firma decidió ir más allá y jugar fuerte, con el aviso de finalización total y definitiva de sus operaciones en la Argentina.

El martes a las 15 se desarrollará un nuevo intento de conciliación entre las partes, en la sede de la cartera laboral de La Plata.

Fuente: Infobae

 

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