Cumbre con mandatarios

Lula busca revivir la Unasur con cumbre en Brasil y el regreso de Maduro al primer plano regional

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Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

Por Pablo Giuliano, corresponsal
Para Télam

En busca de convertir a Brasil en un renovado motor económico y político de integración sudamericana, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva reunirá en una cumbre el martes a 10 mandatarios de la región, entre ellos Nicolás Maduro, de Venezuela, país que acaba de retomar las relaciones con Brasilia.

La cumbre sudamericana buscará empoderar a la recién resucitada por la Argentina y Brasil Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que en el caso brasileño había sido sepultada en 2019 por decisión del Gobierno de Jair Bolsonaro, que adhirió a un grupo de la derecha continental creado por el expresidente chileno Sebastián Piñera, llamado Prosul.

El presidente Alberto Fernández fue uno de los primeros que confirmó su presencia, dijo el Palacio de Itamaraty, la sede de la Cancillería brasileña, donde el martes se reunirán además los mandatarios Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Irfaan Ali (Guyana), Chan Santokhi (Surinam) y Maduro.

Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT), se ha convertido en una suerte de portavoz regional ante los principales foros desde que el 1 de enero asumió por tercera vez la presidencia de Brasil, en coincidencia con la necesidad del empresariado brasileño de aumentar las exportaciones de manufacturas a Sudamérica para no perder espacio, por ejemplo, con China.

La reunión marcará el regreso de Maduro al espacio ampliado de la integración regional, sobre todo luego de que el Gobierno de Lula, a través del canciller Mauro Vieira, desplegara un rápido restablecimiento de las relaciones Brasilia-Caracas, interrumpidas por el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, con cierre de embajada incluido y expulsión de diplomáticos.

La actual presidenta de Perú, Dina Boluarte, que no puede salir del país por motivos constitucionales, estará representada por el presidente del Consejo de Ministros, o primer ministro, Alberto Otárola.

La última reunión de los 12 presidentes de los países de la Unasur había sido en 2014 en Ecuador, en medio de la ola de gobiernos de derecha y extrema derecha que poblaron Sudamérica, sobre todo tras la caída de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff en 2016 en un juicio político que había terminado con 13 años de gobierno del PT.

"Esto se ve como la reanudación de un proceso que se fue desvaneciendo tras el impeachment de Dilma y las derrotas electorales de los gobiernos de izquierda de la región", dijo a Télam Carolina Silva Pedroso, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp).

"Hasta entonces, Unasur respondía a un objetivo práctico de lograr una mayor articulación política entre los países, sin tener que recurrir a la OEA o potencias extranjeras, además de servir de plataforma para que Brasil ejerciera un liderazgo regional", agregó.

Sin dudas, el regreso de Maduro al primer nivel de las relaciones sudamericanas en su conjunto convocado por el Brasil de Lula será uno de los principales asuntos, sobre todo porque el caso de Venezuela ha sido combustible para la popularidad de la extrema derecha bolsonarista y su cruzada contra el "comunismo".

Para Pedroso, "en 2023 ya es posible concluir que el aislamiento diplomático al que se ha sometido a Venezuela no ha funcionado para resolver la crisis política, migratoria, social y económica del país".

"Hay que reconocer que quien tiene el poder de facto en Venezuela es Maduro y es con él con quien hay que dialogar. En el pasado, el gobierno de Lula logró ser un puente importante entre gobierno y oposición cuando Hugo Chávez fue depuesto en 2002, Sin embargo, es necesario ponderar que el escenario interno de ambos países es mucho más complejo y desafiante. Por lo tanto, será más difícil para Brasil construir este puente ahora, pero el primer paso fue dado", explicó la especialista.

Agregó que, tras el paso de la extrema derecha en Brasil, "la reanudación de la integración regional puede significar una ventana de oportunidades" en el área económica.

Del lado brasileño, la parte comercial deberá tener relevancia además de contar con el contenido político que Lula quiere darle a la región en un mundo convulsionado en el cual Brasil es parte del grupo de los Brics, fue invitado al G7, se posiciona como mediador en la guerra de Ucrania y busca con otras potencias emergentes un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Según la embajadora Gisela Figueiredo Padovan, secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, la agenda de la cumbre, además de la integración, abarca temas comunes en las áreas de salud, infraestructura, energía, medio ambiente y lucha contra el crimen organizado.

"La idea es retomar el diálogo y la cooperación con los países sudamericanos. Identificar denominadores comunes para ver cómo se puede iniciar un camino para volver a contar con un mecanismo de cooperación netamente sudamericano. Quizás es la única región del mundo que no tiene esta institución de diálogo", aseguró la embajadora en un encuentro con la prensa.

Según Padovan, "como la región tiene capacidades y recursos que serán claves en el futuro de la humanidad, como los naturales, el agua, minerales, área para la producción de alimentos, se puede iniciar de inmediato una agenda concreta de cooperación".

La región se encuentra atravesada por inestabilidad en algunos países, como Ecuador, donde se celebrarán elecciones anticipadas este año luego de que el presidente Lasso disolviera el Parlamento para gambetear un juicio político.

En Perú, la presidenta Boluarte enfrenta acusaciones de represión ilegal y de violaciones de los derechos humanos en la represión de protestas que siguieron a la destitución del expresidente Pedro Castillo, en diciembre pasado, mientras que Boric viene de sufrir una dura derrota ante la oposición de derecha en las elecciones de constituyentes.

En Argentina, además, se celebran elecciones generales este año, y la profesora Pedroso dijo que Lula se juega mucho de su capacidad integradora en las elecciones del sucesor de Alberto Fernández.

"A pesar dos profundos lazos comerciales y económicos entre Buenos Aires y Brasilia y la capacidad de Lula como negociador hábil, una victoria de la derecha opositora en Argentina puede ser un obstáculo para los planes de Brasil. De la misma forma que Bolsonaro perjudicó la relación bilateral tras la victoria de Fernández en 2019, lo contrario también puede ocurrir. Eso puede desarticular iniciativas conjuntas", aseguró sobre los principales socios del Mercosur.

El encuentro tendrá dos sesiones el martes en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Después de ser recibidos por Lula, los presidentes participarán de la primera parte del encuentro, en la que cada uno hará una declaración individual.

Por la tarde está prevista una conversación más informal entre los mandatarios sudamericanos, dijo el Palacio de Itamaraty en un comunicado.

Lula y la primera dama, Rosángela Janja da Silva, también invitaron a una cena a los mandatarios en el Palacio de la Alvorada.

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