Mafia de las 4x4: procesaron a un policía bonaerense y al líder de la banda acusada de negociar camionetas robadas con empresas mineras

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Guillermo Lucas Criscuolo, acusado de liderar la Mafia de las 4x4. Foto: Tiempo de San Juan.
Guillermo Lucas Criscuolo, acusado de liderar la Mafia de las 4x4. Foto: Tiempo de San Juan.

Por Gustavo Martínez Puga
Para Tiempo de San Juan

“Entiendo probada la criminalidad en los hechos investigados en este caso del imputado Guillermo Lucas Criscuolo, junto al ya procesado Humberto Vignoli- como jefe de la organización delictiva, quienes dirigían y determinaban las funciones que cumplían cada uno de los miembros”, dice el auto de procesamiento que dictó el juez Leopoldo Rago Gallo, del Juzgado Federal N°2, cerrando así la etapa de investigación del mega escándalo de las camionetas truchas que se denominó Mafia de las 4x4.

Además, también quedó procesado Roberto Antonio Criscuolo, hermano de Guillermo, y Darío Gastón González, quien cumplía funciones en la Policía de la Provincia de Buenos Aires al momento de los hechos.

Por otro lado, al padre de Criscuolo, Ruperto Antonio Criscuolo, fue procesado por uno de los delitos, el de adulteración de un objeto registrado –la pena es de 6 meses a 3 años- y le dictaron falta de mérito en los delitos más graves.

De esta manera, son 16 el total de procesados por la Mafia de las 4x4.

 

Argumentos

En la investigación judicial, la cual se hizo a través de la Secretaría Penal N°5 que dirige Paula Carena, el juez Rago Gallo logró juntar numerosos testigos y pruebas para procesar a Guillermo Criscuolo como líder de la banda.

Entre los argumentos del fallo se cita que “Criscuolo vivió en La Plata hasta que se vino a la Provicia y se ocupó de manejar los bienes del procesado Vignoli –en ese momento suegro de Criscuolo-, lo cual le facilitó tener la infraestructura –Bodega Ansilta y fincas de Vignoli en Ullum- y a su vez hizo los contactos necesarios con mecánicos y con las empresas mineras y de turismo aventura, para que el negocio le produjera frutos económicos elevados”.

Además, según el fallo, con éstas empresas Criscuolo “les alquilaban y llevaban las camionetas como genuinas (robadas con adulteración de documentos), con el pleno conocimiento y la tranquilidad de impunidad absoluta, que dichas camionetas no tendrían los mismos controles que en zonas urbanas”.

En el fallo también precisaron cómo hacía Criscuolo con el aspecto legal para poder alquilar las camionetas: “Para darle signos de veracidad, con quienes hizo los contratos y de quienes obtenía el rédito, previamente obtenía desde Buenos Aires la información del RNPA (Registro Nacional de Propiedad del Automotor) conforme surge de los informes periciales a las notebook y CPU secuestradas”.

A Criscuolo le secuestraron de su casa en un barrio de Ullum una computadora, 12 llaves de camionetas y títulos de propiedad que luego de peritados resultaron apócrifos. Además, en el taller que habían montado en la Bodega Ansilta le secuestraron siete llaves tipo Halen, que se utilizan para imprimir el asterisco en motores y chasis, las cuales habrían sido usadas para adulterar las camionetas robadas.

Para que Criscuolo tuviera acceso a los datos de camionetas robadas y así poder adulterar los papeles para poder alquilarlas, el fallo de Rago Gallo calificó de “un rol fundamental” al de Darío Gastón González, quien trabajaba para la Bonaerense al momento de los hechos.

“Desde su clave de acceso al RNPA era de donde se lograban obtener los datos de los vehículos vinculados con esta investigación”, dice el fallo. Además, agrega que “-González- en el 2007 estuvo en el Ministerio de Seguridad Áreas Operaciones Viales en la Plata, cumplía la función de operador, cargaba los PU (delitos y accidentes), donde tenía una clave de acceso al RPNA y a la carga de delitos”.

La esposa de González también trabajaba en ese ministerio y, cabe recordar, Humberto Vignoli era un abogado que siempre trabajó en La Plata.

El policía bonaerense tuvo la clave para acceder a ese sistema desde el 2006 y hasta febrero del 2011. Rago Gallo determinó que “surge en forma palmaria la participación de Darío González en la organización aprovechando la función que cumplía dentro de la fuerza y el acceso autorizado que tenía por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires”.

Finalmente, el rol del hermano de Criscuolo, Roberto Antonio Criscuolo, como integrante de esa asociación ilícita, quedó probado para procesarlo porque “conocía y participaba de las actividades desplegadas”, dice el fallo. Entre los argumentos, el juez federal citó que “no queda claro el motivo de su viaje a San Juan y la vuelta inmediata luego de haber acompañado al mecánico Eduardo González a buscar la camioneta Toyota Hilux GGB439 abandonada por Guillermo Criscuolo en la localidad de Calingasta”.

Rago Gallo determinó que había “un pacto delictivo tácito entre ellos, un vínculo incólume donde participaba de las actividades desplegadas por la organización delictiva, teniendo relación con varios de los demás procesados, como por ejemplo con el mecánico referido y el encartado Mauricio Olivera”.

 

El origen

El escándalo de la Mafia de las 4x4 estalló el 12 de junio de 2009 por una retroexcavadora robadas en Mendoza que apareció en la bodega Ansilta, en Ullum.

Pero la sorpresa fue grande cuando la policía allanó y dio con auto partes de camionetas por todos lados y hasta dos motos de lujo escondidas en un gallinero. Después de eso, San Juan fue noticia nacional cuando empezaron a aparecer abandonadas y quemadas las camionetas 4x4, maniobra que los dueños utilizaron para no quedar pegados al escándalo.

El escándalo empezó a ser investigado en el fuero local y luego saltó al federal. Todo eso llevó tiempo. A lo que se agregó que Guillermo Lucas Criscuolo estuvo prófugo y hasta con pedido de captura internacional durante 44 meses, hasta que el 21 de marzo último se presentó en el Juzgado Federal. Fue cuando ya la Cámara Nacional de Apelaciones había resuelto eximirlo de prisión.

Tras negarse a prestar declaración indagatoria, fueron citados su hermano, su padre y el policía bonaerense. Todos fueron procesados.

Ricardo Moine, abogado defensor de Criscuolo, ya adelantó que apelará el auto de procesamiento, porque entiende que no hay pruebas suficientes contra Guillermo Lucas Criscuolo.

 

Los 16 procesados

Según el procesamiento del juez Rago Gallo, además de Guillermo Criscuolo, su hermano Roberto y Darío González, también formaban parte de la asociación ilícita otras 8 personas ya procesadas. Ellas son: Humberto Vignoli, Eduardo González, Gustavo Olmo, Eduardo Galdeano, Natalia Cecilia Vignoli (ex esposa de Criscuolo e hija del dueño de la bodega), Mauricio Olivera, Vicente Javier Mancuso y Juan José Quintero.

Por otro lado, también fueron procesados en esta causa otras tres personas por falsificar, adulterar o suprimir la numeración de un objeto registrado por ley; falsificación de documentos y por usar documentación falsificada. Ellas son Pablo Chatard, Sebastián Chatard y Mirtha Barud Molina.

Otro que ya había sido procesado es Eduardo Ariel González, por el delito de adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas u objetos provenientes de un delito. Es un chapista que tenía un taller en Concepción. En Barreal le hallaron una camioneta Toyota que había sido adulterada.

Y el último procesado es el padre de Criscuolo, Ruperto Criscuolo, un jubilado al que le hallaron una camioneta Toyota que estaba a su nombre y que tenía la identificación adulterada.

 

 

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