Por Diego Morini
Para Cancha Llena
"El calor cansa más, pero yo soy de Argentina y nunca jugué con aire acondicionado. Así que es algo relativamente nuevo para mí. De todas formas es complicado hacerlo con tanto calor, porque por momentos falta el aire, hay que hidratarse más. Sin embargo, no es algo que cambió el juego, fue para los dos igual". La frase de Emanuel Ginóbili quedó dando vuelta en el aire y, tras atender a la prensa, se dio un diálogo muy criollo.
-¿Me vas a decir que en la Liga Nacional nunca jugaste con este calor? ¿Y en La Rioja?
-No, no me acuerdo; creo que no. Pero nada es comparable con los mosquitos de Corrientes.
La carcajada fue instantánea y hasta provocó que los periodistas franceses se dieran vuelta para observar qué sucedía, mientras que a Tony Parker se le dibujó una sonrisa al ver que Manu se estaba divirtiendo.
Es que el ATT Center fue un horno en donde los Spurs cocinaron a fuego lento a Miami Heat y especialmente a LeBron James, que se acalambró durante el tramo final de partido y tuvo que dejar el juego cuando faltaban unos tres minutos. Un desperfecto eléctrico del aire acondicionado del estadio pareció incidir en el desarrollo del juego, más allá de que todos aseguran que poco tuvo que ver con la victoria por 110-95 de los Spurs sobre los Heat. Los pisos mojados por transpiración, que hacían intransitables algunos sectores del estadio, la constante participación del personal que seca la cancha, el público abanicándose, las camisetas bañadas en sudor de varios de los responsables de la NBA, los asistentes de los equipos enfriando a los jugadores con toallas mojadas y bolsas de hielo marcaron el pulso de lo que se vivió en el primer encuentro de la final de la liga más poderosa del mundo.
"Con la selección argentina, en México, recuerdo haber jugado un partido con unas condiciones tremendas. Era en Chihuahua, en 2003, me parece que hacía casi 50 grados. De todas formas, debo decir que un poco me había olvidado de cómo era jugar en esas circunstancias", recordó Manu, que mientras contaba la anécdota de la selección miraba de reojo a Alejandro Montecchia, que ahora es comentarista de ESPN, que asentía con la cabeza, se reía y hasta después confesó que esa historia le hizo rememorar aquellos tiempos en los que jugaban juntos para la Argentina.
"No recuerdo haber jugado con tanto calor. Ni cuando estaba en las Islas [Vírgenes]. La verdad es que fue duro, pero de ninguna manera fue el factor que resolvió el partido", fueron las palabras de Tim Duncan. Todos en San Antonio buscaron la forma de desestimar la influencia del clima en el campo. Parker también se refirió al tema: "No me molestó, me sentí como si estuviera jugando el campeonato europeo. En Francia jamás jugué con aire acondicionado". Para Gregg Popovich, la cuestión también fue sólo una circunstancia del juego, aunque se molestó cuando un periodista le sugirió que el corte del aire acondicionado podría haber sido intencional: "En qué mente puede caber semejante cosa". Después, Pop, se relajó y se animó a bromear: "Vi a los muchachos que estaban por reparar el aire en el estadio y los mandé a su casa".
Para LeBron James no hubo bromas, ni nada por el estilo. Los calambres no son algo nuevo para la máxima figura de la NBA. Incluso, aquí muchos se burlan de él, porque es la cara de la marca Gatorade, la bebida que repone sales minerales, pero en The King (El Rey) no parece tener el efecto deseado. "Perdí un montón de fluidos durante el partido. El calor era extremo, todos lo sintieron. Fue una circunstancia inusual. Nunca jugué en un estadio así. Mi cuerpo me falló, estoy decepcionado, mi equipo me nececsitaba", dijo James, que ya había sufrido los mismos trastornos físicos en 2012, en el tercer partido de la final ante Oklahoma. Y agregó: "Son problemas que arrastro desde la escuela secundaria, me hice todos los estudios correspondientes y todo salió bien. Estoy al cien por ciento para el próximo juego", dijo LeBron, a quien tras el encuentro de anteanoche le colocaron de manera intravenosa dos sueros y le dieron siete pastillas contra los calambres.
No es un detalle menor la salud de LeBron, y Manu se refirió a ese tema: "Vimos en algún momento que no estaba en su mejor condición física. No sabíamos si era alguna lesión o un golpe, o calambre. Pero definitivamente eso nos ayudó. Es el mejor jugador del mundo, o uno de ellos. Él es muy importante para su equipo. Estábamos abajo a falta de siete minutos y pudimos darlo vuelta de una manera muy contundente". La ausencia de James no resultó para nadie indiferente. Tiago Splitter, el pivote de los Spurs, también habló sobre cómo impactó en el desenlace del juego esta situación: "Es un grandísimo jugador y no tenerlo en la cancha en los últimos minutos, en los que él tiene la responsabilidad de conducir a Miami, fue muy complicado para ellos. Claro que sí que pudo influir un poco su ausencia".
Un comienzo caliente e inusual para el primer juego de la final de la NBA. San Antonio supo cómo aprovechar su momento y LeBron se quemó en el ATT Center. La temperatura entre San Antonio y Miami en esta carrera por conseguir un nuevo anillo seguirá ascendiendo.