Por Jaime Martín
Para Marca
Marc Márquez se proclamó campeón del mundo de MotoGP después de una vibrante carrera ganada por Jorge Lorenzo y en la que el debutante fue tercero. Dani Pedrosa finalizó segundo. Fue una guerra de nervios delante de los 100.000 aficionados que disfrutaron de varios duelos de alta tensión.
La salida fue, como todo el año, el punto fuerte de Jorge y el débil de Marc. El mallorquín se puso primero, con Pedrosa detrás y Márquez, tercero tras llegar en paralelo a la primera curva, con Bautista.
Lorenzo optó en los primeros giros por ralentizar la marcha para que hubiera un grupo numeroso. Pedrosa intentó pasarle varias veces y lo logró, pero el balear se lo devolvía siempre en la siguiente curva. Algunas veces, con mucha agresividad.
Hasta que en una de ellas, Lorenzo tocó a Pedrosa, que se fue fuera y regresó quinto tras Rossi y Bautista. La Dirección de Carrera lo investigará. Márquez se puso primero, pero Lorenzo lo pasó al instante.
Pese a que en el muro le pedían calma a Jorge, él cambió de táctica: optó por ir a ganar la carrera. Se escapó y lo hizo. El de Cervera se fue detrás y abrió el hueco necesario para no preocuparse por ser quinto, el resultado que le habría apartado del título.
Llegó Pedrosa y pasó al leridano, que casi se apartó. Estaba todo visto para sentencia. Márquez pudo ser feliz mientras Alzamora, Nakamoto y medio Honda lloraban. Ya es campeón de MotoGP. Y tricampeón del mundo.