Difundieron este viernes un documento contra la marcha organizada por cinco fiscales y la oposición para el 18 de febrero que está avalado con más de 35 firmas de fiscales federales.
"La mejor y más sincera forma de demostrar nuestro respeto por quien ya no está entre nosotros y por sus familiares es manifestar nuestra colaboración, personal y profesional, a la fiscal Viviana Beatriz Fein -a cargo de la investigación de la causa del deceso- y a los fiscales que continuarán interviniendo en los casos en los que él trabajaba, poniéndonos a su disposición para aquello que necesiten", escribieron en un comunicado difundido recientemente.
En ese marco, añadieron: "Entendemos asimismo que frente a la sociedad, nuestro compromiso como miembros del Ministerio Público debe ser el de acompañar desde el lugar que nos corresponde por mandato constitucional: el tratamiento de los casos que nos tocan".
Finalmente, los fiscales que no adhieren a la marcha del miércoles expresaron su "certeza de que la desaparición física del fiscal Nisman no entorpecerá el avance de las investigaciones tendientes a determinar la responsabilidad de los autores intelectuales y materiales del atentado a la sede de la AMIA, y de aquellos acusados de entorpecer la investigación", y subrayaron que su "compromiso está, también, con las víctimas del atentado y sus familiares".
El texto lo firman, entre otros, Carlos Martín Amad; Horacio Juan Azzolin; Gabriela Baigun; Adolfo Raúl Villate; Pablo Larriera; Diego Vigay; Miguel Ángel Palazzani; Carlos Facundo Trotta; Carlos Gonella; Carlos Sanserri; José Alberto Nebbia y Enrique Senestrari.
También adhieren Sandro Abraldes; Marcelo Agúero Vera; Francisco Snopek; Eduardo Villalba; Hernán Schapiro; Marcelo Colombo; Fernando Alcaraz Miguez; Pablo Camuña; Pablo Parenti; Federico Carniel; Gabriel De Vedia; Laura Mazzaferri; Diego García Yomha; Adrián García Lois; Rodolfo Molina; Alejandro Cantaro; Juan Manuel Sivila; Abel Córdoba; Pablo Miguel Pelazzo; María Virginia Carmona Miguel; Indiana Garzon; Francisco Maldonado y Cristina Caamaño.
Fuente: La Nación