Urgido por el aumento de contagios de COVID-19, el Gobierno de Mendoza cambió la atención de los hospitales Notti, Carrillo y Fleming. Rodolfo Suarez modificó el perfil de estos dos últimos, que se convirtieron en hospitales COVID, y el Notti es el único que internará a niños. Los profesionales médicos cuestionaron estos cambios y plantearon la falta de convocatoria y consenso a las decisiones tomadas por la ministra Ana María Nadal.
"El Hospital Notti se va a convertir en el hospital de referencia pediátrica de toda el Área Metropolitana. Esto quiere decir que todos los pacientes pediátricos, tanto con COVID-19 como no, con su grupo familiar o convivientes deberán concurrir allí", remarcó el gobierno.
“Esta es una medida que es evidentemente provisoria. Este cambio de perfil viene muy bien, porque el Hospital Carrillo, que era un hospital materno infantil, hoy va a atender a pacientes COVID-19 adultos con patologías moderadas, lo que permitirá sumar a la provincia 52 camas más para adultos”, remarcó el subsecretario de Salud, Oscar Sagás.
Los profesionales médicos advirtieron que dejar sólo al Notti para la atención pediátrica de todo el área metropolitana "es altamente preocupante, por el desborde y saturación de servicios ante la falta de profesionales que esto pueda suscitar", remarcó Claudia Iturbe, secretaria adjunta de AMPROS, el gremio de los profesionales médicos.
"En este sentido, uno de los problemas más graves es que no hay profesionales para la Guardia del Notti, y la gente que está aislada o infectada tiene solo tres profesionales para el mencionado servicio durante el fin de semana. En caso de que se incrementaran aún más los pacientes al Notti desde otros efectores, debido a que otros hospitales recibirán adultos, la demanda sería mayor y por ende, la carencia de personal”.
En el cambio de perfil de los hospitales para enfocarse en la COVID-19, el gobierno dispuso además "la utilización de todos los especialistas para efectuar hisopados y realizar guardias en los Servicios de Guardia común de ese efector de salud", una decisión a la que se oponen los profesionales médicos, porque expone a profesionales con especialidades a contraer la enfermedad y en ese caso a dejar de atender otras patologías infantiles específicas.
“Esto pone en riesgo la súper especialidad (es decir patologías crónicas) ya que si un médico se enferma, no hay otro especialista que lo reemplace", apunto Iturbe.