Por Enrique Pfaab
Para Un argentino en Ayotzinapa
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Casi no habla español. Apenas susurra en alguna lengua nativa indescifrable. Solo se alcanza a entender que se llama Remigio, que tiene 86 años y que tiene una familia numerosa y humilde. Sonríe ante cada pregunta y asiente. Y no deja de tocar su violín maltrecho.
Está sentado en el suelo, junto a las rejas de la Catedral y mira hacía la plaza del Zócalo. En su sombrero hay unas pocas monedas. La gente pasa a su lado y casi no presta atención. No saben o no quieren ver que allí, hay un viejo sentado.
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Zoila tiene 74 años y vive en el DF. “Caminamos aquí, todos los miércoles entre las 10 y las 11.30 de la mañana desde hace ya unas semanas. No son nada nuestro estos chicos y tampoco pertenecemos a ninguna organización, pero si no hacemos algo, también les va a tocar a nuestras familias”, dice, mientras no para de caminar junto a cinco mujeres más, que deben tener su misma edad.
Dan vuelta a la plaza. La gente las mira. Un policía, de los tantos que hay por allí, se acerca a Zoila y le dice que no tienen sentido lo que hacen. Que algún día las van a sacar de allí. Ella no se detiene. Lo mira y le dice “esto no puede quedar así”, y sigue.
Mientras caminan, las mujeres cuentan del 1 al 43, una y otra vez.
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Es miércoles 14. Hay sol en el DF. Hoy, en este país, asesinarán en Guerrero al juez civil Jesús Sales Vargas, dentro de su casa de la localidad de Coyuca de Catalán. En diciembre, en un pueblo vecino, secuestraron y asesinaron al sacerdote Gregorio López Gorostieta.
En Guerrero los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, andarán por las sierras buscando a sus hijos.
En el mismo Guerrero, pero cerca de Iguala, la Procuraduría General ordenará exhumar 32 cadáveres, después de hallar 51 fosas clandestinas.
En Ciudad Juárez miles saldrán a la calle, para protestar por la visita del presidente Enrique Peña Nieto.
En Oaxaca secuestrarán y asesinarán al dirigente indígena Julián González Domínguez, miembro también del partido Morena, uno de los pocos que todavía conserva la simpatía de los mexicanos.
Desde Puebla y hasta el DF, 10.000 personas marcharán para exigir la libertad de 45 presos políticos.
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México arde. Pronto explotará. Mientras, Remigio toca y Zoila cuenta.
