Mientras miles de argentinos siguen fascinados por el streaming submarino del CONICET, investigadores, becarios y trabajadores del sistema científico nacional anuncian un paro de 48 horas para denunciar el deterioro institucional, el congelamiento salarial y la parálisis de proyectos clave.
En medio del furor mediático por la exploración del cañón submarino de Mar del Plata —que atrajo a más de 80 mil espectadores simultáneos—, la comunidad científica argentina vuelve a ocupar el centro de la escena, esta vez por una razón menos espectacular: el ajuste que atraviesa el sistema de ciencia y técnica.
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El próximo 6 de agosto, investigadores, becarios y empleados del CONICET y otros organismos como la Agencia I+D+i, el INTI y el INTA realizarán una jornada de protesta con paro, vigilia y actividades públicas en el Polo Científico-Tecnológico de Palermo. La medida busca visibilizar el “deterioro en las principales instituciones del sector” y exigir recomposición salarial, ingreso de personal concursado y fondos para proyectos paralizados.
La protesta se da en un mes clave: se espera la publicación de los resultados de la Carrera de Investigación Científica (CIC) y del Personal de Apoyo (CPA) de la convocatoria 2023, postergada desde la asunción del gobierno de Javier Milei. Según ATE, más de 1.400 puestos de trabajo se perdieron en el sistema científico durante el primer semestre de 2025, de los cuales 1.085 corresponden al CONICET.
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El reclamo también alcanza a los becarios de la Agencia I+D+i, que llevan 15 meses con salarios congelados por debajo de la línea de pobreza, y a las becas postdoctorales del CONICET, recortadas en las últimas convocatorias. Además, los gremios denuncian la parálisis en la ejecución de los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), financiados en gran parte con fondos internacionales que permanecen retenidos.
Paradójicamente, el reclamo se produce mientras el país celebra el éxito del “streaming del CONICET”, que mostró imágenes inéditas de la fauna abisal a 3.900 metros de profundidad. La expedición, realizada por el buque Falkor junto a la Fundación Schmidt Ocean Institute, contó con la participación de una treintena de científicos argentinos, en su mayoría vinculados al CONICET.
La jornada incluirá cartelazos, ruidazos, charlas con científicos, una marcha con antorchas y una vigilia nocturna que culminará con una asamblea abierta el jueves. Bajo el lema “Que esta no sea la última generación científica de Argentina”, la comunidad científica busca capitalizar la visibilidad ganada en el océano para defender su lugar en tierra firme.