El mundo es un polvorín

Milei involucró a la Argentina en la incipiente guerra mundial: priorizó su alianza global sobre la tradicional neutralidad del país

Share
Tiempo estimado de lectura: 7 minutos

Javier Milei en el Muro de los Lamentos.

La decisión del presidente Javier Milei de abandonar la neutralidad histórica de Argentina en conflictos globales marca un cambio significativo en la política exterior del país. Tradicionalmente, Argentina ha mantenido una postura de no intervención, buscando preservar relaciones diplomáticas con diversas potencias sin alinearse directamente en disputas internacionales.

El giro de Milei se produjo mientras una serie de conflictos armados está generando devastación humanitaria, desestabilización regional y una profunda crisis geopolítica. Diseminadas desde Europa del Este hasta el Cuerno de África y el Sudeste Asiático, estas confrontaciones, que involucran también a países y otros actores externos, abonan el avance de una incipiente guerra mundial.

Una compleja red de factores históricos, políticos y económicos alimentó una temeraria escalada bélica en múltiples frentes, entre los que cobraron mayor dimensión los que protagonizan Israel e Irán y Rusia y Ucrania que los (al menos seis) abiertos en África y Asia. En estos casos, el fuego cruzado tiene de un lado a fuerzas gubernamentales y del otro a facciones insurrectas que buscan tomar el poder por la vía armada.

Argentina quedó involucrada en la incipiente guerra mundial por una decisión inconsulta del presidente Javier Milei.

El presidente libertario alineó incondicionalmente al país con los intereses Estados Unidos e Israel. Desde el día que asumió la Presidencia, Milei puso en marcha su plan para cambiar la histórica posición argentina frente a los conflictos geopolíticos ajenos. Entre los invitados de Milei al acto de su investidura presidencial se contó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. En plena guerra contra Rusia, el mandatario argentino se alineó con Ucrania, al igual que hizo con Israel desde que el gobierno de ese país, en manos de Benjamín Netanyahu, inició la devastadora operación militar contra los palestinos en la Franja de Gaza. En los últimos días, Milei ofreció el apoyo de Argentina a Israel en la guerra contra Irán que inició con ataques efectivos sobre su territorio enfocados a eliminar a la conducción militar del país persa.

Informes de organizaciones como el Grupo Internacional de Crisis, ACLED (Armed Conflict Location & Event Data Project) y el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo dan cuenta de la expansión de los territorios bajo fuego cruzado.

Israel contra Irán, tras arrasar Gaza

El 13 de julio de 2025 el ejército israelí lanzó la Operación León Naciente, una serie de ataques contra instalaciones nucleares y otros objetivos militares en Irán. Poco después, en un mensaje televisado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que el objetivo era "contrarrestar la amenaza iraní a la propia supervivencia de Israel" y alertó que la ofensiva continuará por los días necesarios. Según Netanyahu, Irán está peligrosamente cerca de obtener armas nucleares, lo que representa una amenaza existencial para Israel y significativa para el resto del mundo. En respuesta inmediata, Irán lanzó decenas de misiles balísticos hacia Israel durante la noche del viernes, describiendo esta acción como el inicio de su "respuesta aplastante" a los recientes ataques israelíes.

Esa guerra es una derivación del devastador ataque que mantiene Israel sobre la Franja de Gaza desde octubre de 2023. Lo que comenzó con un ataque a gran escala de Hamás contra Israel, se ha transformado en una de las fases más mortíferas del conflicto israelí-palestino. La ofensiva militar israelí sobre la Franja de Gaza ha provocado una catástrofe humanitaria sin precedentes, con una gran parte de la población desplazada, una destrucción generalizada de la infraestructura y un elevado número de víctimas civiles. A pesar de la creciente presión internacional para un alto el fuego sostenible y la liberación de rehenes, las hostilidades continúan en 2025, con operaciones militares israelíes en curso y el lanzamiento de cohetes desde Gaza. La tensión sigue siendo extremadamente alta, con un riesgo constante de escalada regional.

Invasión de Rusia a Ucrania

El 24 de febrero de 2022, la Federación Rusa lanzó una operación militar contra Ucrania, que recibiría apoyo militar y financiero significativo de países de la OTAN para poder defenderse. A más de tres años de la invasión a gran escala, la guerra en Ucrania se ha estancado en un conflicto de desgaste de alta intensidad.

Los combates se concentran en el este y el sur del país, con un uso extensivo de artillería, drones y tácticas de guerra de trincheras. A pesar de los esfuerzos diplomáticos intermitentes, no se vislumbra un final cercano para el conflicto. La situación humanitaria sigue siendo calamitosa, con millones de desplazados internos y refugiados. Los acontecimientos de 2025 han estado marcados por una intensificación de los ataques aéreos rusos sobre infraestructuras críticas ucranianas y una persistente y sangrienta lucha por el control de territorios en la región del Donbás.

Guerra civil en Sudán

El 15 de abril de 2023 comenzó una guerra entre las  Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF)Sudán se encuentra inmerso en una devastadora guerra civil que ha cumplido dos años en 2025. El conflicto entre el ejército regular y las paramilitares RSF ha sumido al país en el caos, provocando miles de muertes, una crisis de desplazamiento masivo y una hambruna que amenaza a millones de personas. Los combates se han extendido desde la capital, Jartum, a otras regiones del país, incluyendo Darfur, donde se han reportado atrocidades y limpieza étnica. La comunidad internacional ha tenido dificultades para mediar en un cese efectivo de las hostilidades, y el país se enfrenta a la amenaza real de una fragmentación prolongada y una catástrofe humanitaria aún mayor.

Guerra civil en Myanmar

En Myanmar escaló una guerra interna tras un golpe de Estado ocurrido el 1 de febrero de 2021. Se enfrentan la Junta Militar (Tatmadaw) con una coalición de Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF) y Organizaciones Armadas Étnicas (EAO). La situación en Myanmar ha escalado a una guerra civil en toda regla. Tras el golpe militar de 2021, ha surgido una resistencia armada generalizada que opera en gran parte del territorio. Durante 2024 y principios de 2025, las fuerzas anti-junta han logrado avances significativos, tomando el control de bases militares y centros urbanos clave. La junta militar ha respondido con una campaña de bombardeos aéreos indiscriminados que ha agravado la crisis humanitaria. El conflicto se caracteriza por una multiplicidad de frentes y actores, lo que complica cualquier posible solución negociada.

Conflictos en la Región del Sahel (Burkina Faso, Malí y Níger)

La insurgencia yihadista comenzó en el norte de Malí en 2012 y se ha expandido e intensificado significativamente en los años posteriores. Los gobiernos militares de Burkina Faso, Malí y Níger combaten contra una amalgama de grupos yihadistas afiliados a Al-Qaeda (JNIM) y al Estado Islámico (ISGS). La región del Sahel central se ha convertido en el epicentro de una de las crisis de más rápido deterioro en el mundo.

Las juntas militares que tomaron el poder en Burkina Faso, Malí y Níger luchan por contener la expansión de la violencia yihadista, que ha provocado el desplazamiento de millones de personas y el colapso de los servicios estatales en vastas zonas rurales. En 2025, la situación de seguridad continúa deteriorándose, con un aumento de los ataques contra civiles y fuerzas de seguridad. La retirada de las fuerzas francesas y europeas ha dejado un vacío que ha sido parcialmente llenado por la cooperación militar con Rusia, aunque sin una mejora tangible en la seguridad.

Guerra en la Región de Amhara, Etiopía

Desde abril de 2023, el Gobierno Federal de Etiopía (ENDF) se enfrenta a las milicias Fano. Tras el fin de la guerra de Tigray, ha estallado un nuevo y violento conflicto en la región de Amhara. Las milicias Fano, que fueron aliadas del gobierno federal en la guerra contra el TPLF, se han levantado en armas contra el gobierno central. Los combates han sido intensos, llevando al gobierno a declarar un estado de emergencia en la región. El conflicto ha provocado un número significativo de víctimas y ha agravado la ya frágil situación humanitaria en el norte de Etiopía. La insurgencia Fano ha demostrado ser un desafío militar considerable para el gobierno federal en 2025.

Conflicto post-guerra civil en Siria

La guerra civil iniciada en marzo de 2011 finalizó con la caída del régimen de Bashar al-Assad, en 2024. No obstante, Siria sigue siendo un polvorín en el que conviven el gobierno de transición post-Assad, facciones rebeldes residuales, fuerzas turcas y sus aliados, Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y células durmientes del Estado Islámico. Aunque la intensidad de la guerra civil a gran escala ha disminuido tras la caída de al-Assad, el país está fragmentado, con diferentes zonas bajo el control de diversas facciones armadas y potencias extranjeras. En 2025, se reporta una insurgencia incipiente por parte de leales al antiguo régimen y persisten las tensiones y enfrentamientos esporádicos entre las diferentes fuerzas presentes en el territorio. La situación sigue siendo volátil y el camino hacia una paz estable y una Siria unificada parece largo y plagado de desafíos.

Guerra civil en Yemen

En marzo de 2015 cobró mayor vigor el fuego cruzado entre el gobierno de Yemen internacionalmente reconocido (apoyado por una coalición liderada por Arabia Saudita) y el movimiento Hutí (Ansar Allah, apoyado por Irán). La guerra en Yemen, que ya ha superado la década, continúa siendo una de las peores crisis humanitarias del mundo. A pesar de una tregua que redujo la intensidad de los combates en 2022, las hostilidades no han cesado por completo y la situación política sigue estancada. En 2024 y 2025, el conflicto ha adquirido una nueva dimensión con los ataques de los hutíes a buques comerciales en el Mar Rojo, en respuesta a la guerra en Gaza, lo que ha provocado ataques de represalia por parte de Estados Unidos y el Reino Unido. Internamente, el país sigue dividido y la población civil sufre las consecuencias de la guerra, la escasez de alimentos y el colapso de los servicios básicos.

Share