
Antes de concretar la transferencia del salvataje financiero para el gobierno de Javier Milei, la Casa Blanca oficializó que el presidente argentino le cedió a Donald Trump el poder de decidir sobre la política interna argentina a cambio del salvataje anunciado el jueves 9 de octubre.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo en la televisión que Milei "se comprometió a sacar a China de la Argentina y de Sudamérica", además de asignar a empresas estadounideses la explotación de los minerales estratégicos de la Cordillera Argentina.
El funcionario de Trump defendió el salvataje financiero de USD 20.000 millones al gobierno de Milei, negando que represente una pérdida para su país. Por el contrario, aseguró que Estados Unidos ganará plata con la bicicleta financiera gracias a la "subvaluación del peso argentino", consideró. En una entrevista con Fox News, Bessent enfatizó la importancia estratégica de Argentina para Estados Unidos, a la vez que confirmó que el gobierno de Trump se propone controlar América de Norte a Sur, para lo cual debería empujar a China fuera de la región.
Bessent subrayó que el respaldo a Milei busca romper con un ciclo negativo de cien años en Argentina y consolidar una alianza estratégica. Mencionó la próxima visita de Milei a la Casa Blanca y advirtió sobre el riesgo de un "Estado fallido" como Venezuela si la influencia china crece.
El funcionario insistió en que el apoyo financiero no es un rescate, sino una inversión estratégica, ya que el Fondo de Estabilización Cambiaria "nunca ha perdido dinero" y no lo hará en este caso, basándose en su experiencia de cuatro décadas en el negocio de divisas. Bessent afirmó que el gobierno de Milei tendrá un buen desempeño en las elecciones del 26 de octubre y que el país está dejando atrás el "camino peronista".
"Un faro (para EE.UU.) en Latinoamérica"
Aunque evitó comentar sobre la inyección de dólares de Citi, JP Morgan y Santander en el mercado argentino, Bessent reiteró la visión de Argentina como "un faro en América Latina" y resaltó la necesidad de fortalecer la relación bilateral frente al avance chino en sectores productivos y energéticos. Hizo hincapié en la importancia de reafirmar alianzas con gobiernos capitalistas fuertes y recordó el deseo de Milei de romper un ciclo desfavorable de un siglo.
Bessent refutó las críticas internas en Estados Unidos, como la iniciativa de la senadora Elizabeth Warren para prohibir estas operaciones, calificándola de "curiosa" y vinculándola a la historia política argentina. Destacó la competencia geopolítica en la región y la intención de la administración Trump de evitar Estados fallidos, mencionando las inversiones chinas en tierras raras y uranio en Argentina.
Anticipó que las empresas privadas estadounidenses serán socios clave en el desarrollo de estos sectores y criticó la política de la administración Obama por no aprovechar oportunidades para estrechar lazos con países de centro-derecha en la región.
En cuanto al comercio agrícola, Bessent acusó a China de manipular las compras de soja, lo que ha redirigido la mayoría de las exportaciones argentinas a Brasil. Anunció un programa para subsidiar a los agricultores estadounidenses, con el fin de asegurar la seguridad alimentaria. Finalmente, defendió el swap entre el Banco Central de Argentina y el Tesoro de Estados Unidos como una operación financieramente sólida y una oportunidad para demostrar apoyo a los aliados, reiterando que la política exterior actual busca evitar errores del pasado y asegurar la estabilidad de Argentina para frenar la influencia china en la región.