Miles de españoles rechazaron las reformas educativas de Rajoy, que imponen recortes y una vuelta a valores franquistas

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La nueva ley consolida recortes en educación, y un modelo de criterios mercantilistas y reincorpora elementos de la enseñanza franquista, como la religión católica y la homogeneización lingüística.

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Las principales manifestaciones tuvieron lugar en Cataluña, Valencia y Galicia, mientras en Madrid, la "Marea Verde", color que utiliza el sector educativo en la capital, tomó las calles como cierre de la jornada de protesta.

 

Profesores y estudiantes de todos los niveles se manifestaron este jueves en las calles de España en una nueva jornada de huelga contra la reforma educativa neoliberal del Ejecutivo español, especialmente resistida en Cataluña por su carácter ideológico y centralista.

Diez millones de alumnos y 800.000 profesores fueron convocados a secundar la medida de fuerza -un huelga de 24 horas- tras la aprobación en el Congreso de los Diputados de la "Ley Wert", como se conoce la resistida reforma de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).

Las principales manifestaciones tuvieron lugar al mediodía en Cataluña, Valencia y Galicia, mientras en Madrid, la "Marea Verde", color que utiliza el sector educativo en la capital, tomó las calles durante la tarde como cierre de la jornada de protesta.

En términos generales, la nueva ley consolida los recortes en educación –en torno a los 6.000 millones-, un modelo basado en criterios mercantilistas y reincorpora elementos de la enseñanza franquista, como la religión católica y la homogeneización lingüística.

Esta última cuestión abre una nueva grieta con Cataluña en plena escalada del conflicto secesionista, ya que la lengua catalana es actualmente la utilizada en la enseñanza pública. De hecho, el gobierno regional anunció que no aplicará la ley, que está previsto que entre en vigor el próximo año.

En Barcelona, decenas de miles de estudiantes, profesores y padres -170.000 personas, según la central Comisiones Obreras (CCOO)- participaron de una multitudinaria marcha que se desarrolló en un ambiente reivindicativo, familiar y pacífico.

La marcha estuvo encabezada por estudiantes anticapitalistas con pancartas con los lemas "La educación del pueblo en manos del pueblo" y "Cuando la educación es un lujo, la lucha es obligatoria".

También llevaban una bandera con la imagen del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y el ministro de Educación, José Ignacio Wert, vestidos de militares con la inscripción "No volveremos a las épocas grises".

Los manifestantes corearon gritos como "No, no, no a la privatización", "No hay futuro sin educación" o "Wert dimisión".

"Esta ley lo que hace es volver al franquismo. Yo estudio Historia, y en el bachillerato social historia contemporánea de España no se dará, esto es desde la Revolución Francesa hasta ahora, es decir, el movimiento y la clase obrera que somos nosotros", denunció ante Télam David Escudero, de 21 años.

"Yo vivo en Santa Coloma, y hay mucha pobreza y conflicto y hace falta más ayuda y profesores; pero ahora las subvenciones son por rendimiento académico, y eso implica escuelas de primera y segunda. En los barrios ricos la gente tiene más facilidades, y en los pobres la gente está sin trabajo y eso lleva a la marginación, la venta de drogas y es una excusa para acordonar los barrios", agregó.

"Estoy aquí para reivindicar una enseñanza pública y de calidad, y porque estoy preocupada por mis hijas, porque quiero que ellas como yo, puedan tener sus estudios e ir a la universidad", afirmó por su parte Laura Hurtado, profesora y madre de tres niñas.

Por los recortes, "faltan subvenciones, hay más cantidad de niños por aulas, los profesores que están de baja por enfermedad no son sustituidos, todo a costa de una calidad de la enseñanza" añadió esta mujer, quien también está en contra de que se reintroduzca la religión en las aulas en un país laico como España.

En tanto, Miguel González, docente del sindicato anarquista CGT, subrayó que tanto la Locde como la ley educativa de Cataluña "comparten una línea muy clara de dar fomento a la educación concertada" (mixta) y a un sistema educativo que contempla que los alumnos salgan antes de los 16 años, con lo que facilita una baja formación y mano de obra barata para el empresariado".

"Además del tema lingüístico y el de religión. En Cataluña y el resto del Estado, tanto los recortes como los ejes principales de la reforma van en contra de la ecuación pública", insistió.

"La ley todavía no está aprobada definitivamente, y tiene que seguir un proceso en el Senado. Pero consideramos que es importante continuar la lucha, incluso cuando ya se haya acordado seguirnos para conseguir la derogación de la ley", aseguró.

De acuerdo con datos proporcionados de las centrales de trabajadores mayoritarias, CCOO y Unión General de Trabajadores (UGT), el paro de 24 horas tuvo un seguimiento en torno al 80% en el conjunto de la enseñanza, aunque con diferencias en las diferentes comunidades de España.

El Sindicato de Estudiantes elevó la adhesión al paro hasta el 90%.

Por el contrario, el gobierno español sostuvo que la huelga fue un "fracaso" después de situar el seguimiento por parte del profesorado en un 20,76%.

Entre los puntos que rechazan los huelguistas de la ley educativa del derechista Partido Popular (PP) destacan los recortes, la suba de las tasas universitarias, el cambio del sistema de repartos de becas, así como la reintroducción de la asignatura Religión en las escuelas, que también computa a la hora de obtener becas.

Se trata de la séptima reforma educativa en 37 años de democracia y, según el gobierno de Rajoy, pretende mejorar la calidad de la enseñanza y enfocarla a la empleabilidad de los jóvenes.

La oposición política, por el contrario, considera que es una ley ideológica y retrógrada, y prometió que no sobrevivirá al gobierno del PP ya que será derogada.

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