Protagonizaron actos y movilizaciones en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Recordaron cuando hace 65 años debieron abandonar sus tierras, ocupadas por Israel.
Miles de palestinos conmemoraron en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este el 65° aniversario de la Nakba (catástrofe, en árabe), que recuerda el exilio y la pérdida de su patria.
La principal concentración se realizó en Gaza, donde unas 15.000 personas marcharon con banderas palestinas y llaves de hierro o madera como símbolo del hogar perdido, reportó la agencia de noticias EFE.
Los participantes, que pertenecían a las distintas organizaciones políticas palestinas, desde la izquierda marxista hasta el islamismo más conservador, exhortaron en cánticos a "no ceder" en la lucha por el retorno de los refugiados y sus descendientes en cualquier eventual acuerdo de paz con Israel.
"No habrá paz duradera y permanente con Israel si ésta excluye esta cuestión fundamental. No hay alternativa al derecho básico de retorno del pueblo palestino y la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas", declaró Zakareya al Agha, responsable de refugiados en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y miembro de su Comité Ejecutivo.
El retorno de los refugiados a su tierra está reconocido en la resolución 194 de la ONU, pero su aplicación plena nunca fue tratada en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, ya que Israel no se considera responsable de la Nakba y no acepta perder la mayoría demográfica judía.
En Cisjordania, en tanto, el centro de la conmemoración se produjo en Ramallah, donde se concentraron al mediodía unas 5.000 personas, según cálculos de la policía palestina.
Familias de campos de refugiados, representantes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y organizaciones de jóvenes se congregaron en la plaza del Mártir Yaser Arafat y entonaron cánticos que decían "Perdimos nuestra tierra, pero no nuestro derecho a ella", "Sueño con Haifa y Yafa" (ciudades israelíes históricamente árabes en manos israelíes) o "Nadie nos puede quitar Palestina".
Los representantes de campos de refugiados de Cisjordania llevaban carteles en los que se podía leer que algún día regresarán a las casas de las que sus familias huyeron o fueron expulsadas por las milicias judías y posteriormente el Ejército israelí entre 1947 y 1949.