Argentina atraviesa un momento desafiante en su industria turística. Según el informe del INDEC sobre el turismo internacional en abril de 2025, las cifras muestran una profunda asimetría: el turismo emisivo (argentinos que viajan al exterior) creció un 30.5% interanual, mientras que el receptivo (visitantes extranjeros en el país) sufrió una caída del 8.3%.
Esto amplió el saldo negativo a 726.3 mil visitantes, la peor cifra desde 2018. El desbalance entre turismo emisivo y receptivo es notorio: mientras más argentinos cruzan fronteras, menos extranjeros ingresan. Este contraste afecta directamente a la economía nacional, ya que una mayor salida de residentes implica un drenaje de divisas, mientras que la caída del receptivo limita el ingreso de dólares al país.
Los datos del INDEC reflejan claramente esta diferencia:
- Turismo emisivo: 1.43 millones de argentinos viajaron al exterior (+30.5% interanual).
- Turismo receptivo: 699.3 mil turistas llegaron a Argentina (-8.3% interanual).
- Saldo neto: -726.3 mil visitantes.
Este fenómeno no es nuevo, pero la brecha se ha ampliado en los últimos meses debido a varios factores clave.
Factores detrás del auge del turismo emisivo
El turismo emisivo muestra un crecimiento sostenido, impulsado por la estabilidad cambiaria y un mayor acceso a destinos cercanos. Brasil lidera como el destino preferido, con 235.9 mil turistas argentinos en abril (+59.1% interanual). Chile y Uruguay también mantienen cifras en alza.
Entre las causas principales de esta expansión se incluyen:
- Tipo de cambio estable: Un dólar sin grandes fluctuaciones facilita la planificación de viajes.
- Mayor conectividad: La oferta de vuelos y rutas terrestres ha mejorado hacia países limítrofes.
- Competitividad de precios: Destinos como Brasil y Chile ofrecen paquetes turísticos más accesibles que los nacionales.
Turismo receptivo: señales de alarma
Por otro lado, el turismo receptivo enfrenta dificultades. La caída del 8.3% en llegadas de extranjeros impacta sectores clave como la hotelería y el comercio.
Los principales emisores de turistas siguen siendo Uruguay (18.7%), Brasil (18.5%), y Europa (15%), aunque los arribos desde el viejo continente disminuyeron 5%. El canal aéreo, que tradicionalmente domina el ingreso de visitantes, cayó 15.2%, reflejando un menor atractivo para viajeros internacionales.
Razones detrás de esta desaceleración:
- Precios internos menos competitivos: Argentina ha perdido atractivo frente a mercados regionales con costos más accesibles.
- Percepción del destino: La incertidumbre económica y la alta inflación generan dudas en los viajeros.
Repercusiones en la macro
La creciente brecha entre el turismo emisivo y receptivo no solo afecta al sector turístico, sino que también tiene implicaciones macroeconómicas profundas para Argentina. El turismo internacional influye directamente en la balanza de pagos, ya que los ingresos por turismo receptivo representan una entrada de divisas, mientras que el turismo emisivo implica salida de capitales.
Desbalance en la cuenta de servicios
- Exportaciones de servicios turísticos (receptivo): En abril 2025, la menor llegada de turistas significó menos gasto en hospedaje, transporte y actividades, reduciendo la entrada de dólares.
- Importaciones de servicios turísticos (emisivo): El fuerte aumento de argentinos viajando al exterior implica mayores compras con tarjetas en el extranjero y pagos de paquetes turísticos, lo que presiona la demanda de dólares.
El saldo negativo de 726.3 mil visitantes se traduce en un déficit en la cuenta de servicios turísticos, generando presión sobre las reservas internacionales del país.
Impacto en la oferta y demanda de dólares
La diferencia entre emisivo y receptivo también repercute en el mercado cambiario. Mientras más argentinos viajan fuera, más dólares se necesitan, lo que puede afectar la estabilidad del tipo de cambio.
Efectos cambiarios:
- Mayor demanda de divisas: Argentinos que viajan al exterior incrementan la compra de dólares, lo que podría tensionar el mercado si la oferta es insuficiente.
- Menor ingreso de dólares: La caída del turismo receptivo reduce la entrada de moneda extranjera por hospedajes, consumo y transporte.
Si esta tendencia se mantiene, podría haber presión sobre el tipo de cambio, encareciendo el dólar y afectando el poder adquisitivo interno.
El sector turístico tiene un peso importante en la economía argentina, especialmente en empleo.
Impacto en la industria
- Hotelería y gastronomía: Menos turistas extranjeros implican menor ocupación hotelera y reducción del gasto en restaurantes y entretenimiento, afectando la rentabilidad del sector.
- Transporte y agencias de viaje: La caída del receptivo impacta a aerolíneas y operadores turísticos que dependen de la llegada de visitantes foráneos.
- Empleo: La menor actividad turística puede generar recortes de personal en hoteles, comercios y servicios relacionados.
Los sectores ligados al turismo representan más del 7% del empleo total en Argentina, por lo que una desaceleración prolongada podría tener efectos sociales y económicos severos.
Menor recaudación y presión en subsidios
El turismo contribuye significativamente a la recaudación fiscal mediante impuestos como el IVA en hoteles y gastronomía, tasas aeroportuarias y gasto en actividades recreativas.
Menos ingresos tributarios
La caída en el turismo receptivo implica menor recaudación en impuestos provenientes de viajeros internacionales, afectando el financiamiento de políticas públicas.
Mayor presión en subsidios
Si el turismo interno no compensa la caída del receptivo, el Gobierno podría verse obligado a subsidios para el sector turístico (hoteles, aerolíneas y transporte), lo que generaría un gasto fiscal adicional.