Con Montero como garante, la intendenta interina de Santa Rosa acordó con los municipales la normalización de las actividades

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Los municipales de Santa Rosa y la presidenta del Concejo Deliberante a cargo de la Intendencia, Norma Trigo (UCR), acordaron una tregua en el conflicto por los salarios atrasados que mantenía paralizadas las prestaciones de la comuna. El acuerdo, que implicó la inmediata normalización de las actividades de los empleados públicos, se ató a una promesa de pago de lo adeudado a partir del 25 de abril realizada por la mandataria interina en presencia de la vicegobernadora Laura Montero, quien viajó al Este para demostrar el compromiso del gobierno provincial con la gestión de Trigo.

Al finalizar la negociación con los trabajadores con la normalización de las actividades, Laura Montero ofreció declaraciones a la prensa para ratificar que el gobierno apoyará de forma particular la gestión que está iniciando Trigo.

La concejala radical desembarcó en la Intendencia de forma interina tras la renuncia del peronista Sergio Salgado, quien firmó la dimisión luego de quedar detenido por orden del fiscal Santiago Garay en el marco de una investigación judicial por la presunta comisión de una serie de delitos en el ejercicio del cargo para el que fue electo por tercera vez consecutiva en los comicios del año pasado.

Los primeros en pagar los costos de la crisis política fueron los trabajadores (de planta y contratados) del Municipio que dejaron de cobrar los salarios y los vecinos que dejaron de recibir los servicios y prestaciones. Esta situación se extendió durante un largo tiempo.

En Santa Rosa, la oposición (protagonizada por una alianza de los radicales con los demócratas) esmeriló el poder del intendente electo desde mucho antes de que interviniera la Justicia, incluso con anterioridad a la reelección obtenida por Salgado en junio del año pasado. En ese contexto, el peronista enfrentó algunos intentos de destitución por juicio político, que no tuvieron éxito.

En cambio, la alianza de la UCR y el PD logró despojar al oficialismo departamental encarnado por el PJ de la Presidencia del Concejo Deliberante, generalmente asignada a un concejal de la fuerza gobernante para garantizar de que en caso de una sucesión forzada, como se dio en este caso, la Intendencia quede en poder de la fuerza con más votos. Así llegó la radical Trigo a la Presidencia del Concejo. Entonces, con la caída de Salgado empujada por el fiscal Garay, además de cambiar el titular del Ejecutivo, fue despojada del poder la fuerza política que ganó las últimas tres elecciones por la Intendencia del departamento del Este.

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