El histórico dirigente peronista Antonio Cafiero falleció en la mañana de este lunes, a los 92 años. Permanecía internado en terapia intensiva desde principios de mes, debido a una afección pulmonar.
Obtuvo cargos públicos desde el primer gobierno de Juan Domingo Perón, cuando, siendo muy joven, entre 1948 y 1951, fue designado como Consejero financiero en la embajada argentina en Washington DC. Entre 1951 y 1952, fue Director del Departamento Socioeconómico de la Cancillería. Fue luego Ministro de Comercio Exterior de la Nación, entre 1952 y 1955.
En 1955, después del golpe que derrocara al gobierno constitucional del Gral. Juan Domingo Perón, fue privado de su libertad durante un año, y a partir de allí hasta 1973 militó activamente en la denominada "resistencia peronista". Asimismo, Antonio Cafiero visitó en su exilio a Perón en varias oportunidades hasta su regreso a la Argentina.
En 1973 fue nombrado Presidente de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro. Fue más tarde Secretario de Comercio de la Nación (1974), Interventor Federal de la Provincia de Mendoza entre agosto de 1974 y mayo de 1975, Ministro de Economía de la Nación (1975 - 1976) y finalmente Embajador ante la Santa Sede en 1976, cargo al que debió renunciar debido al golpe militar de ese año, regresando a su país donde fue privado de su libertad por segunda oportunidad.
En 1983, con la restauración democrática argentina, lideró el Movimiento Unidad, Solidaridad y Organización (MUSO), fue precandidato presidencial y en la Provincia de Buenos Aires, su sector fue derrotado por Herminio Iglesias y José Amerise.
En las elecciones legislativas de 1985, encabezó la lista de Diputados Nacionales de la Provincia de Buenos Aires por el Frente Renovador Justicialista. Fue elegido Diputado Nacional hasta 1987, año el cual tuvo una actuación destacada apoyando al gobierno de Raúl Alfonsín durante el levantamiento carapintada que puso en riesgo la democracia argentina. Ese mismo año sería elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires, teniendo como compañero de fórmula a Luis María Macaya, triunfo que significó mucho para el partido, en tiempos en que la presidencia era ocupada por los radicales. Asimismo, en ese año fue elegido Presidente del Consejo Nacional del Partido Justicialista. Con la gesta de la renovación peronista, logró democratizar al partido, y por primera vez en la historia se permitió elegir candidatos a presidente y vicepresidente por el voto directo de los afiliados. En 1988 fue precandidato a Presidente de la Nación por el Partido Justicialista con la fórmula Antonio Cafiero - José Manuel De La Sota. En dichas internas su fórmula resultó derrotada por la de Carlos Menem - Eduardo Duhalde.
En 1991 fue designado Embajador en la República de Chile, cargo que desempeñó hasta 1993, año en que ejerció como Senador Nacional hasta 2001. Durante el breve gobierno de Eduardo Camaño fue designado Jefe de Gabinete.1 El 2 de enero de 2002 volvió a ejercer como Senador Nacional, cargo que desempeñara hasta diciembre de 2005. Estuvo presente en el traslado de los restos de Perón en octubre de 2006.
Fue cuantiosas veces embajador argentino ante Bélgica, la Comunidad Económica Europea, la Santa Sede y Chile.
Cafiero, ejercía desde 2005 la Presidencia de la Conferencia Permanente de los Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL).
La muerte de Alfonsín y de Kirchner
"Yo tuve dos maestros en la vida, que me enseñaron todo lo que sé o mal sé. Uno se llamó Juan Domingo Perón, el otro Raúl Alfonsín. [...]. Un buen político solo es aquel que tiene sueños y Alfonsín tenía sueños, soñaba con la juventud y con otros partidos, [...], restaurar la democracia en la Argentina, hacer de la Unión Cívica Radical un partido fuerte y poderoso, transformarlo en una gran fuerza transformadora, soñaba en que el consenso y la reflexión habría de imperar alguna vez en la vida argentina, desplazando a los excesos demagógicos, o al desconocimiento que guían el accionar político. [...]. Nació con una misión a cumplir y no rehusó a cumplirla [...]. Alfonsín es de todos", dijo el 2 de abril de 2009, en ocasión del sepelio del ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín (1983 - 1989), radical, quien fuera su adversario político durante los años '80.
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Luego del fallecimiento de ex Presidente Néstor Kirchner afirmó:
"Néstor Kirchner nos deja, a quienes lo conocimos, a quienes fuimos sus amigos, y a quienes lo vamos a seguir recordando, que el paso de él por la vida argentina no ha sido en vano. [...]Es un hombre que ha dejado sus huellas imborrables en la historia argentina. Nos ha dado un ejemplo de lo que debe ser el político que es fiel a sus convicciones. [...] Néstor Kirchner ha escrito una página muy importante en la historia de los argentinos".
"Estoy sorprendido y consternado. Va a ser difícil reemplazarlo a Kirchner en la política argentina. Siempre asumió con coraje responsabilidades muy importantes. Rescato de su trayectoria su fidelidad a los principios de sus ideas. Siempre pagó un tributo por sus convicciones y eso es fundamental en la vida de un político. No fue un oportunista de cambiar su postura hacia donde va el viento. El pertenecía a la raza de los verdaderos políticos, muy fiel a sus convicciones. Adoptó decisiones en su gobierno que podríamos definir como bien peronistas. Fue un hombre cabal, un político de raza y un hombre que nunca claudicó en sus convicciones. [...] Kirchner era astuto y sabía usar las armas de la política. Era muy vigoroso en sus expresiones. Hizo política hasta sus últimos días como buen militante. Me hago cargo de lo que digo y creo que Kirchner sabía que iba a morir pronto y sin embargo, siguió jugando fuerte a la política sin amilanarse ni refugiarse en la falta de fe. Ví morir a otros grades políticos de la historia argentina como Perón y Evita, a quien acompañé hasta el final y hablé con ella dos días antes de su muerte. La Argentina enfrenta una fuerte pérdida con esto y creo que hacen falta hombres corajudos como Néstor en el país".
Fuente: Télam/Hoy