Mario Benjamín Menéndez, gobernador militar de las Islas Malvinas durante la guerra de 1982, falleció este viernes a los 85 años. Había sido internado hace dos semanas por una afección.
En 1975, con el rango de coronel del Ejército Argentino, sirvió en la Brigada de Infantería de Monte V y participó como jefe de estado mayor operacional en la localidad de Famaillá en elOperativo Independencia, una campaña que el gobierno de María Estela Martínez de Perón emprendió contra la insurgencia de los guerrilleros marxistas del ERP en la provincia de Tucumán.
Por su participación en el mencionado operativo, ordenado por el gobierno constitucional de Isabel Perón para combatir a la guerrilla del ERP, Menéndez tuvo que comparecer en 2012 en un juicio por delitos de lesa humanidad.
El represor, quien falleció a los 85 años, antes de ser designado en Malvinas por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, había participado del Operativo Independencia, una operación conjunta del Ejército y la Fuerza Aérea, comandada primero por el general de brigada Adel Edgardo Vilas y luego por Antonio Domingo Bussi, como consecuencia del cual desaparecieron, según estimó la Justicia, 650 personas.
El 1 de abril de 2006, un día antes de que se conmemorara el inicio de la guerra, un grupo de excombatientes escracharon el domicilio del represor en la ciudad de Buenos Aires. “Menéndez, en tu nombre repudiamos a todos los cobardes que no se hicieron y no se hacen cargo de tantas muertes y de la traición”, dijo en aquella oportunidad Rodolfo Merlino, el titular del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de La Plata.
Los veteranos marcharon con antorchas y cruces blancas con los nombres de los caídos hasta el frente del domicilio de Menéndez, en Arcos al 1500, donde reclamaron juicio y castigo para los responsables de la guerra y pidieron la suspensión de la pensión honorífica que cobraba el represor como ex combatiente.
“Sobran los motivos para repudiar a tan siniestro personaje. Fue un general de escritorio que se escondió toda la guerra. Es responsable de los muertos por el hambre, por el frío y de las torturas físicas a los soldados”, denunció Merlino, que integraba una organización compuesta por ex conscriptos. “Nada tenemos que ver con estos generales de la derrota, traidores y represores”, destacó.