Jorge Castro Rubel, el flamante nieto recuperado número 116, expresó que fue "una bomba, una conmoción", haberse enterado de que su origen era diferente al que creyó durante toda su existencia, pero destacó que, sin duda, esta revelación "le viene a enriquecer la vida".
Jorge es hijo de Ana Rubel y Hugo Castro, militantes de las FAL, que fueron secuestrados en enero de 1977 por el Ejército y estuvieron en algún centro clandestino de detención dependiente de esa fuerza hasta que Ana fue llevada a la ESMA para dar a luz.
"Es una bomba que te digan que la historia que conoces está incompleta o equivocada, pero te lo tienen que decir", dijo en una entrevista exclusiva a Página/12.
Jorge es sociólogo de la UBA, investigador del Conicet, y hace una semana supo que era hijo de desaparecidos y había nacido en la ex Esma, un lugar que visitó el 24 de marzo de 2004 cuando se anunció que iba a ser convertido en un Espacio para la Memoria.
Rubel participó aquel día sin imaginar que en junio o julio de 1977 había nacido allí, en una piecita del Casino de Oficiales.
"Nunca tuve dudas sobre mis orígenes. Tampoco era un tema que se hablara demasiado. Hasta que en agosto una tía se acercó y me dijo que entendía que un chico... o más bien un joven de 37 años no podía no saber sus orígenes y que me quería contar que era adoptado", relató.
Agregó que ella "no sabía" que era hijo de desaparecidos aunque por su edad era una "posibilidad".
"Inmediatamente le dije: 'Yo nací en el '77, ¿soy hijo de personas desaparecidas?', le preguntó Rubel a su tía, quien respondió con un "no lo sé".
Y dijo que como sabía "bien lo que fue la dictadura cívico-militar, el plan sistemático de robo de bebés", habló con sus padres de crianza al respecto y si bien hubo al principio "una dificultad muy grande de ellos de abrirse y contarme que no eran mis padres biológicos", después de "unos días de tensión" se lo confirmaron, aunque le dijeron que "no conocían" su origen.
"Me contaron lo que ellos sabían: que un día, cuando mi papá estaba de guardia en la Casa Cuna –es médico–, llegaron dos personas y dejaron un bebé en muy malas condiciones", relató Rubel, quien nació prematuro y bajo peso, en la primera entrevista que brinda.
"Eran dos hombres entre veinte y treinta años vestidos de civil. El me atiende –es pediatra endocrinólogo– y se da cuenta de que yo era muy chiquitito, muy prematuro. Ellos no tenían hijos, y ahí decide llevarme con él y con mamá. Y es todo lo que ellos me transmitieron que saben", relató.
Rubel contó que "se enojó" con sus padres de crianza "desde el lugar de que una persona de 37 años no puede vivir sin saber cuáles son sus orígenes" pero que interpretó que ese silencio estuvo vinculado a "un prejuicio muy dominante en otra época, de 'pobrecito, no le digamos a este chico que es adoptado', que por suerte hoy en día ya no existe y se estimula que desde chicos sepan la verdad".
"Sabiendo que no era hijo biológico de ellos tenía la convicción de que me tenía que hacer los análisis con el Banco Nacional de Datos Genéticos. En un primer momento lo que me moviliza es pensar: 'Si hay una familia que me está buscando, yo no puedo ser egoísta y hacerme el tonto, por ahí hay familia, amigos de quienes me gestaron que están hace una vida buscándome'. Yo sentí en primer lugar una responsabilidad con ellos. Pero después, en terapia, fui entendiendo que también era por mí, que era muy importante conocer mis orígenes. Junté coraje y seguí el camino establecido por Abuelas y Conadi", relató.
Rubel contó que se crió en una familia donde las "Madres y las Abuelas eran bien vistas" y "el diario siempre fue Página/12", por lo que se metió en la página de Abuelas donde lo derivaron a la Conadi, y el 11 de noviembre se fue a realizar el análisis.
"Ahí empezó la ansiedad en serio. Los resultados me los dieron el 4 de diciembre. Confirmar o descartar: cualquier respuesta iba a ser impactante para mí. Pero la respuesta positiva fue la mejor. Además es sentir que uno de algún modo lleva una felicidad enorme a un montón de gente, y todo lo que significa el proyecto de Abuelas y de restitución de las historias", sintetizó.
"Había en mi mamá una gran voluntad de que yo naciera y se ve que en mí, una gran voluntad de vivir", dice ahora Jorge.
Confió que sus padres de crianza están "acomodándose a la idea" de que ahora es nieto recuperado pero que su madre "inmediatamente se puso contenta porque había encontrado mis orígenes. Y seguimos en un contacto cotidiano, porque no me voy a desvincular de ellos".
Fuente: Télam