Norman Briski: "Hay un enorme desconcierto sobre seguir creciendo hacia un proyecto nacional y popular, que para mí es el socialismo"

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Norman Brisky fue distinguido este martes con el Premio Nacional a la Trayectoria Teatral en Jujuy en un atiborrado Teatro Mitre por el Instituto Nacional del Teatro (INT), dentro de la 29a. Fiesta Nacional.

En la ocasión también fueron premiados con un Reconocimiento a la Trayectoria los actores Osqui Guzmán y Néstor "Yiyi" Maidana -crédito local-, el dramaturgo jujeño por elección Jorge Accame y el grupo Cirulaxia Contra-Ataca, por sus 25 años de vida.

"Yo nunca voy a recibir premios, pero éste pertenece al INT, una institución creada gracias a la lucha de los actores, por una Ley que ahora también tendrán los bailarines, así que todo lo que sea recibir un reconocimiento de mi propia gente me parece que está bueno para que conozcan la labor de uno", dijo Briski en charla con Télam.

Destacó con humor que no se siente "preñado" sino "premiado" y que lo reconforta que el entorno de ese premio "esté acompañado por una fiesta de teatro nacional que podrá tener sus defectos, pero se nota por el programa que han venido de todos lados y que son grupos que están mostrando sus trabajos y sus búsquedas".

"Son lo que yo llamo `teatro necesario` -destacó el actor, director, dramaturgo y maestro de actores-, no teatro del deseo sino de la necesidad del teatro, como serían las maestras de campo, que son patriotas en serio; creo que muchos de esos grupos tienen que ver con un amor por el que me juego y por el que me gusta estar en este lugar."

Expresó que ése es un buen camino para el teatro nacional "más allá de las estéticas, más allá de lo que se exprese o se diga; en otro año de la Fiesta vi un grupo de San Juan que me gustó muchísimo y también el de (Adhemar) Bianchi, de Buenos Aires".

"Yo viajo mucho a la provincia por mi trabajo, estuve en San Nicolás, en Pergamino, en Venado Tuerto, donde vi excelentes trabajos de gente que logra grandes cosas a pesar de la lejanía de la gran ciudad", apuntó.

Briski siempre estuvo vinculado al teatro militante desde el grupo Octubre, a principios de los 70 y antes de su obligado exilio, dirigió obras en villas de emergencia y en empresas recuperadas por sus obreros; en la actualidad colabora con el grupo Miguelitos, de la Villa 21 del barrio de Barracas, donde está montando la obra "La empanada verde", una creación colectiva.

Su amplia actividad, incluidas sus clases y sus puestas en la escuela-teatro Calibán, le impide, sin embargo, ver mucho del teatro que se produce en la Capital: "Tengo mucho que hacer, pero este festival es para mí un acontecimiento afortunado; si se habla bien de él, es porque la actividad está organizada y articulada por gente de teatro".

"Sus resultados se discutirán después; siempre que se hizo teatro hubo un alto grado crítico que a veces ha sido demasiado exigente porque no se contemplan las enormes carencias que alguno de estos grupos tienen que atravesar", evaluó.

Calificó al trabajo en la Fiesta como "muy festivo, muy fiestero", y señaló que "no tiene nada que ver con las diferencias de clases, ya que hay grupos que tienen su problemática política y reivindicativa y me parece que apenas los puedan ayudar van a dar todo su apoyo y solidaridad".

Respecto de un balance que Briski pudiera hacer de su casi medio siglo de actividad, señaló que "hoy las circunstancias pueden ser mucho más engorrosas y difíciles; no quiere decir que sean más peligrosas, pero en el campo popular hay un enorme desconcierto con respecto a las posibilidades de seguir creciendo hacia un proyecto nacional y popular, que para mí es el socialismo".

"Hoy, militar por lo que fue la causa de la muerte de muchos compañeros en los 70 es más engorroso y más difícil -expresó-, y aun así mi tarea como hombre de teatro es estar ligado a las mayorías, a lo que significa hoy y aquí el Ingenio Ledesma y tantos otros temas."

Sobre su actividad actual señaló que es posible que se la vea como "encuevada" en Calibán: "Sin embargo, cuando hice algo de televisión fue porque era un poco más interesante de lo que habitualmente se hace".

"No creo que haya variado mi manera de estar insertado en el medio porque eso también me da a mí una convocatoria o una posibilidad de decir lo que pienso; no sé si he variado tanto, lo que ha variado más que yo han sido los medios", sostuvo.

Acerca de las repercusiones de su actividad, señaló: "No sé cuánto de interdicto estaré en Clarín o en La Nación y cuán aprobado estaré en Página/12, es algo que no me interesa, a no ser que pueda decir o hacer algo que sea productivo".

"Cuando hacemos una obra como la de la Villa 21, tratamos ese tema a pesar de que también está la realidad de lo que significa el peronismo, el radicalismo, la izquierda y todo lo demás, y que algunas internas políticas están dejando afuera lo que significa la vitalidad del trabajador y una sociedad productiva", puntualizó.

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