Carlos Presti todavía no juró como ministro de Defensa, pero su primera decisión ya genera controversia: nombró a Guillermo Madero como jefe de gabinete, reveló el diario Página 12. El actual subsecretario agradeció en redes sociales las felicitaciones por su ascenso, aunque su trayectoria despierta fuertes cuestionamientos.
Antecedentes y vínculos políticos
Madero proviene de Cambiemos y fue designado por Patricia Bullrich como director nacional de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos durante el gobierno de Mauricio Macri. Su carrera política lo vincula al actual intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y más recientemente a Luis Petri, quien lo llevó a Defensa como subsecretario de Planeamiento Estratégico y luego de Defensa Civil.
Choques con organismos de Derechos Humanos
En febrero de 2024, Madero rechazó enviar documentación solicitada por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), organismo clave en la búsqueda de bebés robados durante la dictadura. La decisión fue celebrada en redes vinculadas a sectores pro-impunidad y marcó un giro en la política de Defensa. Meses después, junto a otro funcionario, visitó a represores detenidos en Campo de Mayo, lo que alimentó sospechas sobre un acercamiento a sectores militares condenados por delitos de lesa humanidad.
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Desmantelamiento de equipos y tensiones judiciales
Bajo la gestión de Petri, se disolvieron los equipos de relevamiento y análisis documental (ERyA), que desde 2010 aportaban pruebas a la justicia en causas por crímenes de lesa humanidad. La medida generó alarma entre fiscales, que reclamaron preservar el acervo documental. Madero respondió con un escrito que tensó aún más la relación con el Ministerio Público Fiscal.
En paralelo, el fiscal Félix Crous denunció intentos de destruir archivos de la Armada, en un contexto que describió como un “esfuerzo persistente y coordinado” para obstruir pruebas de la dictadura.
La doctrina Petri y la “memoria completa”
En columnas y declaraciones públicas, Madero defendió la llamada “doctrina Petri”, que habilita a las Fuerzas Armadas a intervenir en seguridad interior. Criticó la “doctrina Garré” y cuestionó lo que denomina “industria de los juicios de derechos humanos”, en sintonía con discursos de Victoria Villarruel. Treinta y seis fiscales, sin embargo, remarcaron el valor de los ERyA para avanzar en las investigaciones.
Un nombramiento con fuerte carga simbólica
La llegada de Presti, hijo de un represor procesado por secuestros y desapariciones, y la elección de Madero como su principal colaborador, son presentadas por la Casa Rosada como el fin de la “demonización” de las Fuerzas Armadas. Para organismos de derechos humanos y sectores judiciales, en cambio, representan un retroceso en la política de memoria, verdad y justicia que convirtió a la Argentina en referencia mundial.
