Para Obama, el programa de la NSA revelado por Edward Snowden en junio pasado debe continuar, aunque debe ser reformado.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó limitar el espionaje a mandatarios amigos a los casos en que "haya un importante motivo de seguridad nacional", entre otras reformas a las prácticas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que incluyen el cese del control de registros telefónicos.
"He dejado claro a nuestra comunidad de inteligencia que, a no ser que haya un importante motivo de seguridad nacional, no se vigilarán las comunicaciones de jefes de Estado y gobiernos amigos y aliados cercanos", afirmó el mandatario estadounidense en su intervención en el Departamento de Justicia.
Obama anuncia esta y otras modificaciones siete meses después del duro trance diplomático que el mandatario debió soportar cuando el exconsultor informático Edward Snowden filtró a la prensa procedimientos de espionaje global estadounidense contra millones de personas y líderes de varios países.
El primer mandatario estadounidense también propuso que el Gobierno deje de controlar los registros telefónicos de millones de ciudadanos recopilados por la NSA, y ordenó que los organismos de inteligencia tengan que solicitar el permiso de una corte secreta para acceder a esos datos.
"Estoy ordenando una transición que terminará" con el programa "tal como existe actualmente", así como "establecer un mecanismo que preserve las capacidades que tenemos" sin que el Gobierno "tenga el control de esos registros telefónicos", dijo.
Pese a los cambios, Obama no se privó de realizar una encendida defensa de los sistemas de espionaje estadounidenses a lo largo de su historia y de los beneficios que -según dijo- estos sistemas trajeron para "la vida de los estadounidenses".
Para Obama, el programa de la NSA revelado por Edward Snowden en junio pasado debe continuar, aunque debe ser reformado. Por último, el demócrata dijo que las revelaciones de Snowden trajeron a la larga "más daño que transparencia".
Aseguró que no quiere juzgar "las motivaciones o acciones del `topo´", actualmente asilado en Rusia, pero señaló que las mismas han "revelado métodos (de espionaje) a nuestros adversarios que podrían impactar en nuestras operaciones".
"La defensa de nuestra nación depende en parte de la fidelidad de aquellos en los que hemos confiado los secretos del país", advirtió.