A pedido de los integrantes del Tribunal del juicio donde se intenta dilucidar la complicidad de jueces, militares y policías en la represión dictatorial en Mendoza, el lunes 06 se realizará una inspección ocular en el D2 fundamentada en el testimonio prestado por Héctor Enrique García, integrante del grupo de sindicalistas detenidos en junio del ’76.
García llegó al D2 para ser sometido a las habituales torturas que, en su caso, le produjeron un tumor en el brazo, contó al tribunal en la última audiencia.
El declarante fue trasladado a la Seccional 6ta. junto a González, por el mismo motivo y en condición de rehén. De allí pasó a la Penitenciaría en enero del ’77. Sometido a Consejo Guerra, fue condenado a 4 años de prisión y trasladado a otros penales lejanos hasta que quedó en libertad el 17 de diciembre de 1980.
García contó que desde su celda en el D2, avistó a Ricardo Sánchez Coronel y a Jorge Vargas Álvarez. "Precisamente, esta Megacausa está abocada a dilucidar lo sucedido con el último, en tanto que la desaparición/homicidio de Sánchez ya fue tratada en el anterior juicio", comentaron los abogados que relatan el minuto a minuto del proceso en el sitio juiciosmendoza.blogspot.com.ar.
Por esa razón es que se solicitó una nueva inspección en ese sitio, instancia que García acompañará en calidad de testigo, para recrear lo sostenido en la audiencia.
Nacido al calor de las luchas por el Socialismo y contra la dictadura de Onganía/Lanusse, el sanjuanino Jorge Vargas Álvarez, al momento de caer en Mendoza, ostentaba una larga trayectoria militante y pertenecía a la conducción de FAR-Montoneros. Fue arrestado el mismo día que su esposa, María Luisa Sánchez Sarmiento y sus dos pequeñas hijas. Todo el grupo fue a dar al D2.
En aquel momento, García se encontraba en el recinto asignado a la familia y dijo haber cruzado palabras con María Luisa y con Jorge. Al respecto, el Juez González Macías apeló a una declaración ofrecida años atrás donde García detalla el encuentro con pormenores. En ella consta que Vargas afirmó estar herido y fue torturado en presencia de su hija de 5 años.
También declaró García que por la mirilla pudo ver frente a su puerta a Sánchez Coronel, a quien conocía del Banco, mientras traían a Vargas; por instantes, ambos quedaron al alcance de su mirada hasta que se los llevaron no sabe hacía adónde. Para esclarecer la escena, el Tribunal ofreció al testigo un croquis del D2 con la finalidad de brindar las precisiones del caso.
Por otro lado, García contó que en cierta oportunidad, un hombre de saco y corbata, que el personal del D2 dijo era el Juez, los visitó celda por celda.
A pesar de que su familia solicitó el patrocinio de Pedro Baglini para que lo defendiera, el testigo García nunca llegó a hablar con él. En cambio, lo llevaron dos veces al Juzgado Federal, pero no supo con qué finalidad.
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