Un movimiento social brasileño creó una competición alternativa al Mundial en las favelas de Río de Janeiro en protesta contra inversiones que juzgan innecesarias en estadios e infraestructuras y “para no usar el fútbol como un negocio”, aseguró el colectivo, cuyo principal referente, Mario Campagnani, ya había organizado protestas contra Dilma Rousseff en 2013.
“El Mundial es una excusa más para seguir con el modelo de negocio de la ciudad”, afirmó en una rueda de prensa Campagnani, miembro del Comité Popular del Mundial y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Campagnani puso como ejemplo de los efectos perversos del modelo de negocio del Mundial los desalojos que se han producido en algunas favelas de Brasil para la realización de obras de infraestructuras o de los estadios.
El Mundial alternativo comenzó hace dos semanas con un amistoso en la favela carioca de Santa Marta, en el barrio de Botafogo, aunque todavía los organizadores no tienen claro cuántos equipos participarán ni cuál será la fórmula de competición definitiva.
Todos los equipos, que se han creado especialmente para la competición, están formados por aficionados y no hay futbolistas profesionales en sus filas, por lo que todos los partidos son amistosos y no hay dinero de por medio.
Está previsto que la final se juegue a principios de junio en el Morro de Providencia, la favela más antigua de Brasil, en el centro de la ciudad.
Esta favela es una de las que ha sufrido desalojos para la construcción de un teleférico, un proyecto que se inscribe en los planes de modernización de la zona portuaria de Río con motivo de los Juegos Olímpicos.
El activista aseguró que, además del Mundial, “se utilizan todo tipo de excusas para hacer una ciudad a medida de los ricos y echar a los vecinos de las favelas de sus casas, como por ejemplo los supuestos problemas ambientales y los Juegos Olímpicos de 2016”.
Campagnani reivindica, en declaraciones a Efe, que “si todos los políticos y empresas utilizan el Mundial para beneficiarse, los ciudadanas también tienen que poder hacerlo y no se les puede criminalizar por ello”.
El Comité Popular del Mundial y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, organizador del evento, es una iniciativa impulsada por varios movimientos sociales, como Justicia Global, sin ánimo de lucro, que pretende “protestar contra el hecho de hacer negocio con las ciudades, con los espacios públicos”, asegura Campagnani.
Además de esta competición alternativa, preparan una gran manifestación para el día que dé comienzo el Mundial 2014, el próximo 12 de junio, “para mostrar al mundo el rechazo de los ciudadanos a este evento”, aseguró el activista.
Fuente: EFE