"Es una situación en la que todos debemos aportar responsabilidad para no agravar la situación". Los gremios estatales pedirán alrededor del 40% de aumento.
Una de las mayores preocupaciones para el gobierno de Francisco Pérez en lo inmediato son las paritarias de los estatales. Este jueves el mandatario consideró que es "excesivo" el 40% de aumento que reclamarán los gremios más duros del ámbito público, como ATE y AMPROS, y pidió "prudencia" en las demandas salariales a los trabajadores, al mismo tiempo que admitió que este año piensa cambiar el formato del incremento que se otorgue: en lugar de negociar porcentajes de aumento el gobierno pretende discutir una suma fija para todos los estatales.
"Pedimos prudencia. Es una situación en la que todos debemos aportar responsabilidad para no agravar la situación". Así salió Pérez al cruce de los primeros movimientos sindicales en la provincia en la previa al inicio de las paritarias. El mandatario reveló que el gobierno estudia cambiar el formato de la negociación con los gremios dejando de lado la discusión de porcentajes para acordar una suma fija de incremento que sea similar para todos los trabajadores.
El gobernador, además, habló de un efecto espejo de las paritarias estatales en la actividad privada. Y ahí nomás amenazó con que los empresarios despedirán trabajadores si el Gobierno les da a los gremios estatales una suba cercana a las pretensiones que han esbozado en los últimos días.
Con el discurso el gobierno intenta entibiar la negociación salarial que ayudó a recalentar con algunas medidas en los últimos dos meses. Primero, fijó el mínimo de los policías en $8.500 bajo amenaza de sublevación de los uniformados. A ese monto habrá que sumarle el aumento que le de a la administración central en las paritarias que se avecinan. Luego, aplicó un incremento del boleto de micro del 40%.
Esas dos decisiones de Pérez, sumadas a la inflación y a la incertidumbre respecto a los datos reales de la economía, son los argumentos principales de los trabajadores para exigir reivindicaciones a sus dirigentes gremiales en torno al 40%. La presión de las bases de los gremios sobre los líderes sindicales también es mayor que en años anteriores.