El gobernador Francisco Pérez sostuvo este jueves que ninguna pelea política partidaria puede ponerse por encima de los intereses de los trabajadores del Estado en una critica mas o menos directa a los sectores del peronismo legislativo que se resistieron hasta este miércoles para darle vía libre a la Ley de Endeudamiento que pactaron Pérez y el electo Alfredo Cornejo.
[iframe_Ivoox src="http://www.ivoox.com/player_ek_8724491_2_1.html?data=mZyflpmddY6ZmKiakpWJd6KkkZKSmaiRdI6ZmKiakpKJe6ShkZKSmaiRi9DWxtfbw8nTtozEhqigh6adtsbujMrbjdfFqMrjjLLW1tfJb67Zz8nc3MaRaZi3jqrFsrGJh5SZmamwq7mzcYarpJI%3D&"][/iframe_Ivoox]El mandatario dio una entrevista a radio Mitre Mendoza después de que fuese aprobada la Ley de Endeudamiento con algunas modificaciones respecto al texto original. Dijo que por la demora de los legisladores de su partido para aprobar esa norma tuvo inconvenientes para pagar la totalidad de los sueldos en término.
Pidió que las diferencias entre facciones se resuelvan en la interna del peronismo, no en el escenario de la gobernabilidad. Los detractores internos de Pérez (en la Legislatura, muchos más que los defensores) lo acusan de introducir cuestiones personales en el acuerdo por la gobernabilidad con los radicales. Puntualmente le recriminan el uso de un crédito internacional que debía ir a sanar el sistema de agua y saneamiento de la provincia, pero en Aysam no entró.
Pérez ligó la crisis provincial a la situación nacional. Dijo que le tocó gobernar con inflación y caída del precio internacional del petróleo. El mandatario informó en otro orden que la parte de la plantilla de personal que quedó sin cobrar lo hará con fondos adelantados de la coparticipación que serían depositados en el transcurso del jueves.
Pérez y Cornejo negociaron un acuerdo para forjar una ley de endeudamiento para tapar los baches que el déficit mensual le fue haciendo a las cuentas públicas. Mendoza lleva siete años consecutivos con déficit presupuestario, esto que gasta más de lo que recauda. El acumulado más el bono Aconcagua que financió a la gestión de Arturo Lafalla (1995-1999) constituyen el centro de los problemas financieros de Mendoza, puesto que desequilibran los egresos y los ingresos.
El acuerdo entre el gobernador actual y el electo incluía una autorización para que Cornejo contrajera deuda hasta el final de su gestión si es que el déficit residual lo requería.
