El gobernador Francisco Pérez culpó a las autoridades chilenas por el conflicto con los camioneros que cortaron la Ruta Nacional 7 en Uspallata durante toda la jornada del domingo. Pérez centró las culpas en la decisión de aplazar la apertura del Paso Los Libertadores a las 12 y no a las 8 como es de uso ordinario a un interés empresarial de un complejo de esquí trasandino que contó con la complicidad de los funcionarios.
"Lo que pasó ayer fue un desastre anárquico, por una decisión introspectiva y totalmente fuera de lugar del coordinador de Chile. Yo voy a presentar una queja formal al ministro del interior de Chile, porque esto no puede suceder nunca más", sostuvo Pérez, citado por el portal Mdz.
"Si la causal de que no podían pasar más camiones es que el asfalto está en riesgo de heladas, congelamientos o viento blanco en la montaña, que son peligrosos, entonces el riesgo también está para los autos particulares. Por eso no quiero pensar, que como ha sucedido en otras oportunidades, de que porque hay un evento deportivo y de atracción de turismo en Portillo, a ellos les incomoda el paso de los camiones y cierran el paso", agregó el mandatario al encabezar un acto en conmemoración de otro aniversario de la muerte del General José de San Martín.
El paso trasnacional es un centro de conflicto permanente entre los gobiernos de ambos países, aunque con incidencia principal en las provincias de la frontera. En el invierno, además los impedimentos que siembran las condiciones climáticas en la calzada, los aportes de lucha de intereses de la política y los negocios que se potencian por la nieve para un selecto grupo de empresarios a ambos lados de la frontera complejizan la situación.
Pérez cuestionó nuevamente el manejo del Paso por parte de los chilenos. Puntualizó sus críticas en un funcionario de escasa relevancia en la pirámide del Estado como es el jefe operativo del Paso Los Libertadores.