La presidenta de Brasil Dilma Rousseff, suspendió su agenda en Chile, en donde participaba en la cumbre Celac-UE, para viajar a Santa María, en el sur de Brasil, donde un incendio en una discoteca dejó centenares de muertos y heridos. Entre las actividades canceladas por la mandataria brasileña para regresar de urgencia a su país, estaba el tratamiento de la crisis que empujó a la minera Vale a palizar sus operaciones en el yacimiento de potasio localizado en la cuenca del Río Colorado, al sur de la ciudad de Malargüe.
En la primera jornada de los presidentes en la cumbre Celac-UE, la mandataria argentina Cristina Fernández invitó a Pérez al cónclave pautado con su par brasileña. No obstante, el tema Vale quedó para el domingo. El diario El Mercurio en su versión online confirmó la cancelación de la agenda de Roussef en Santiago y la inmediata partida con rumbo a su país.
Para Rousseff, la agenda prevista en Santiago de Chile pasó a un plano descartable cuando escuchó de boca de sus colaboradores cuál era la situación en la ciudad de Santa María. En la mañana del domingo los bomberos todavía estaban retirando cuerpos del de la discotca Kiss, en la ciudad de Santa María, ubicada unos 300 kilómetros al oeste de Porto Alegre. Imágenes de televisión mostraban a los rescatistas derribando las paredes exteriores de la discoteca con martillos para facilitar la operación.
Entonces, Rousseff decidió volar cuánto antes a la región brasileña conmocionada por el suceso. El desastre en Santa María recuerda a otra desgracia ocurrida en 2004 en una discoteca de Buenos Aires, el trágico incendio de Cromagnon, que también se incendió por una bengala.