Los productores agrícolas del Sur, el Valle de Uco y el Este se rebelaron contra el Código de Aguas que pretende imponer Alfredo Cornejo en tándem con el jefe de Irrigación, Sergio Marinelli, vía Legislatura, que domina el oficialismo. Creen que el texto que va a definir cómo y a quién se le entrega el agua en Mendoza no es otra cosa que blanquear a la minería como principal destinataria de los ríos.
Desde hace semanas los que trabajan la tierra en los oasis productivos sienten que son blanco de políticas contra el agro: la eliminación de la Lucha Antigranizo para ahorrar el costo de pilotos y aviones y el cierre del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) y del Instituto de Desarrollo Comercial (IDC), con los consecuentes despidos, son señales en ese sentido, manifiestan.
En ese contexto, ven en el Código de Aguas una carta más del cornejismo en la avanzada por encumbrar a la megaminería metalífera como la actividad prioritaria de la provincia, en detrimento de la agricultura.
Por todas estas razones hicieron este martes un caravanazo hacia Casa de Gobierno donde, aunque fueron recibidos como formalidad, fueron rechazadas sus demandas y hasta ridiculizadas por el subsecretario de Agroindustria. Sergio Moralejo, quien dijo que los agricultores defienden la lucha antigranizo "por costumbre".
"El gobernador y el superintendente de Irrigación tienen la potestad del agua, ellos van a decidir qué hacer con el agua, según la rentabilidad que decida el gobierno. Entonces estamos propensos a ue este hombre que quiere cambiar la matriz económica y quiere hacer la minería nos deje sin la mitad del agua mañana", señaló en el caravanazo Ernesto Tagliavini.
Javier López, otro productor, pero de General Alvear, señaló: "La producción va a quedar sin agua. Este Código le da la potestad al Ejecutivo de cambiar la prioridad de uso del agua de Mendoza y sabemos bien su posición con la minería".
