El Gobierno chino puso en marcha medidas fiscales por más de 322.000 millones de euros para evitar males mayores sobre la economía del país provocados por el parate para evitar la expansión del coronavirus. Christine Peltier, economista de BNP Paribas, detalló al portal español Cinco Días los frentes de acción que atacó el gobierno de Xi Jinping.
Destinó ese aporte, por un lado, a fomentar la inversión pública, incrementar el gasto destinado al sector sanitario y eximir o recortar las cargas fiscales para fomentar la inversión y el consumo o aliviar los pagos a la Seguridad Social por parte de los empresarios.
Por otro lado, se enfocó en medidas en materia monetaria. El Ejecutivo inyectó liquidez a corto plazo, redujo los ratios de reservas requeridos a las entidades financieras y puso en marcha programas de refinanciación y créditos especiales para empresas por unos 137.000 millones de euros.
A la vez, dio directivas para que los bancos le den a estas empresas un soporte económico y flexibilizó las normas de gestión de riesgos para los bancos y para la emisión de bonos corporativos y la venta de acciones en mercados locales.