Una serie de gestos alejados de las tradiciones más rancias de El Vaticano lo acercaron al gran público ajeno a la curia. No obstante, hay quienes piden acciones que sustenten la imagen construida por los gestos.
Por Juan Ignacio Agosto
Para Infonews
Un año es demasiado tiempo para seguir hablando de gestos. Pero muy poco, tratándose de una institución de más de 2 mil años como es la Iglesia Católica, para ver resultados. El papado de Francisco adquirió rápidamente características propias en términos de imagen y lenguaje, pero los efectos que su personalidad pueda tener en las bases de la Iglesia son más complejos de analizar. El portal INFOnews consultó a personalidades de distintas ramas para confrontar visiones sobre el primer año de Jorge Bergoglio como jefe supremo de la institución más poderosa del mundo.
"Hay que tomar distancia, escuchar y ver en el largo plazo qué es lo que caracteriza a los liderazgos. Es poco riguroso creer que lo que el Papa dice, hace o deja de hacer es lo que transforma a una institución. Me parece muy importante decirlo tanto para aquellos que hablan de un Papa revolucionario como para los que dicen que da lo mismo", afirmó el sociólogo Fortunato Mallimaci, investigador del Conicet y especialista en temas de religión. "Aquellos que quieren mostrar sobre todo renovación, revolución, o una nueva situación, viven más de sus propias creencias que de los hechos", agregó.
Para Juan Carr, titular de Red Solidaria, las actitudes de Francisco que sorprendieron al mundo no son nuevas: "En mi caso, a mí me formó esa Iglesia. No él en particular pero sí la opción por los marginados, y todos los gestos que hace me sorprenden, pero es la formación que me dieron. Desde usar zapatos viejos hasta pedir un auto simple para andar. Me alegra pero básicamente es en lo que me formaron".
Sin embargo, también tiene claro que el pontífice tiene desafíos más allá de la impresión inicial que dio al mundo: "El Papa anterior había ido muy fuerte sobre sectores conservadores ligados a todos los contubernios que hay en la Iglesia, en términos económicos y de abuso infantil, que son tremendos. Benedicto había dado muestras, a pesar de ser un papa conservador, de ir a fondo con el abuso de menores, que es un escándalo en la Iglesia de años. Francisco rubrica esto".
En la propia Iglesia coinciden con Juan Carr en que son los dos principales problemas que debe enfrentar el sumo pontífice. El sacerdote Javier Klajner, párroco de Madre de Dios (Lugano) y amigo de Jorge Bergoglio, también destacó la personalidad del ex arzobispo de Buenos Aires como pilar para el acercamiento de la Iglesia a la gente, uno de los objetivos iniciales de su papado, y reconoció que el abuso sexual de menores es un tema de extrema sensibilidad, aunque consideró que hubo avances. "Hay casos muy claros en los que ha sido terminante, continuando con lo que había empezado Benedicto, como con los Legionarios de Cristo. Me parece que hay avances, aunque se van viendo cosas que por ahí ni él se imagina", sostuvo.
En cuanto al divorcio, la diversidad sexual y el aborto (temas que el Papa tocó en entrevistas con la prensa, pero lo hizo de manera muy superficial en su primera exhortación apostólica, el Evangelii Gaudium) Klajner señaló: "Él invita a que no dejemos de hablar de estos temas. Tampoco se sabe qué va a pasar, pero lo cierto es que se fueron abriendo posibilidades de charla. Que se charle ya es bueno".
Distinta es la opinión de Alejandro Nasif Salum, secretario de Relaciones Internacionales de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) y representante de dicha organización en la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL): "Se remitió al catecismo de la iglesia católica, que, por decirlo en pocas palabras, sostiene que la homosexualidad es un desorden, que las personas homosexuales deben ser tratadas con misericordia y deben intentar contener sus deseos sexuales. Eso no es nuevo, y Francisco se remite a eso en sus declaraciones".
"Trata de mostrar al movimiento LGBTI internacional como algo oscuro, sospechoso, algo que debe ser enfrentado, lo cual es sumamente estigmatizante para un colectivo que no hace sino luchar por sus derechos, por la igualdad. Si Francisco quiere cambiar la visión de la iglesia sobre la diversidad sexual debería empezar por dejar de estigmatizar al movimiento LGBTI y condenar las expresiones de odio de los sacerdotes de su iglesia, como el Cardenal Sebastián, así como las leyes que persiguen a nuestra comunidad en más de setenta países del mundo, en algunos casos con la pena de muerte".
Según Nasif Salum, en el balance "fue un año en el que primó un cambio de estilo, una forma distinta de comunicar, pero no hubo grandes novedades desde lo doctrinario" y además hubo "designaciones y promociones a sacerdotes acusados de pedofilia", a la vez que no hubo modificaciones "en cuestiones de género y en materia de diversidad sexual". "Todo con un discurso más cercano a la gente, pero sin cambios sustanciales", sintetizó.
En esto coincide Mallimaci: "Un Papa nos dice que hay cuervos, vívoras y ladrones en la Iglesia y cuando llega uno nuevo uno esperaría que diga quiénes eran las vívoras, quiénes eran los cuervos, quiénes eran los que estaban destruyendo la Iglesia por dentro. Pero no. ¿Cómo puedo salir de ese paradigma? Hablando de otra cosa. El problema es que hablar de otra cosa es que tarde o temprano los temas te vuelven".
En ese sentido, advirtió que, por caso, en el Instituto para Obras de la Religión (IOR), más conocido como Banco del Vaticano, no hubo cambios importantes. "Se hizo un banco adaptado a las normas del capitalismo globalizado. Bien. Puso una comisión de expertos. Bien. Pero hoy salió una nueva lista de quiénes forman parte y aparecen funcionarios de la Orden de Malta, dueños de grandes multinacionales, ministros de Economía y dos de los cardenales más cuestionados de América Latina: el de México y el de Lima", explicó, y señaló: "No se puede pensar que alguien transforme enseguida instituciones muy difíciles de transformar".
Desde el IOR no coinciden con esta visión. El vocero del banco Markus Wieser, dijo el mes pasado a la agencia Télam que "el Papa Benedicto (XVI) introdujo por primera vez en la historia una serie de regulaciones y leyes vinculadas a combatir los crímenes financieros" y que "el papa Francisco continuó con esta reforma y la ha acelerado sustancialmente".
No obstante, aunque opinó que "la exhortación es una repetición de las antiguas y las palabras son repeticiones de otras", Mallimaci admitió que "hubo decisiones puntuales diferentes a las que hacían los demás Papas, en un momento donde los liderazgos mundiales están muy corridos a la derecha" y por eso Francisco quedó en el lugar de "revolucionario". Sin embargo, consideró que se trata del mismo producto en un nuevo envase: "Hay un cambio de manera de presentarse pero con un programa muy similar a los anteriores".