"Hipócritas", la palabra más acentuada del discurso de Pérez, blanqueó la consigna del Gobierno: reelección o nada

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Francisco Pérez tras dar el discurso anual en la Asamblea Legislativa. Foto: Explícito
Francisco Pérez tras dar el discurso anual en la Asamblea Legislativa. Foto: Explícito

 

Por Javier Polvani
@javierpolvani

Francisco Pérez se fue de la Legislatura después de provocar diversas impresiones entre propios y extraños con una sola obsesión: cómo conseguir la reelección, la única razón válida para su plan, porque de ella depende la posición del Gobernador frente a la gestión y, principalmente, a la rosca de la política de los próximos dos años, hasta la recta final a las elecciones de 2015. Si llamó "hipócritas" a quienes le traban la reelección fue porque está convencido de que buscan dejarlo sin poder y no defender la institucionalidad como esgrimen contra la reforma constitucional.

La lista de obras realizadas y por realizar, los remedios que se compraron y los que se van a comprar para los hospitales, los chilenos que visitaron la provincia y los que están por venir por la promoción, los comedores, escuelas, centros de salud y demás inauguraciones y anuncios, todo lo que anotó la oposición para cargarlo en contra del mandatario y lo que otros referentes corporativos aportaron a la Asamblea Legislativa 2013 ya pasaron al colador de las anécdotas.

Después de decir lo que tenía ganas de decir en un momento clave para su futuro político, Pérez se sacó la banda y llamó a un operador para ver cómo venía el cierre de listas del PJ para la interna, sin dejar de pensar en que si estuviese habilitada la reelección, las listas completas del oficialismo saldrían de su lapicera, lo que le evitaría tener que llamar a terceros para enterarse cómo se definen los candidatos de unas elecciones que plebiscitan su gestión.

Por eso les dijo "hipócritas" a los opositores sin importarle el peso de esa palabra ni lo que le vendría de vuelta. Sin reelección no tiene sentido nada, mucho menos conseguir un retorno de elogios de parte de la oposición o de los propios oficialistas que se sintieron tocado por la queja del mandatario contra los que llevan "muchos años" como legisladores.

Porque sin reelección no hay futuro. "Pérez no quiere terminar de diputado nacional en 2015", le dijo a Explícito un ministro que está todos los días dedicado a buscar una vuelta viable para la reelección. "Hay que darle poder al Gobernador para que ejerza el poder real de la provincia, sino no hay caso, siempre ganan los mismos y ni siquiera tienen que presentarse a elecciones", completó el operador oficialista.

El problema de Pérez es que hoy no tiene el consenso necesario en la Casa de las Leyes para aprobar una ley de necesidad de reforma en tiempo récord, para someterla a la ciudadanía en octubre, cuando se voten legisladores. Entonces, el mandatario amenaza con tomar la necesidad de reforma votada en 2001 con una cantidad de votos a favor mayor que en contra pero inferior al piso establecido por una sentencia de la Suprema Corte para avanzar en el llamado a convencionales constituyentes.

El primer camino tiene una dificultad difícil de superar porque tanto el radicalismo como el Partido Demócrata se plantaron contra la modificación de la Constitución de Mendoza. Y el segundo camino tiene dos obstáculos: el primero es que un potencial llamado a elecciones de constituyentes para octubre enfrentaría los planteos de inconstitucionalidad de los dos partidos de la oposición.

Los "hipócritas", como definió Pérez a los opositores a su reelección, no tardaron en redoblar la apuesta contra la moción reformista del mandatario.

El presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, le propuso a Pérez modificar la Carta Magna a través de enmiendas. Se pueden hacer una por año, según la legislación provincial. Esto no es más que una chicana del radical para dejar en evidencia que Pérez no está tan preocupado por la Constitución en general como por la habilitación de su propia reelección.

El senador demócrata Carlos Aguinaga también repitió tras el discurso de Pérez que su partido no está dispuesto a discutir este año la necesidad de reforma.

Radicales y demócratas volvieron a coincidir en que en el caso de que el gobernador decida echar mano al plebiscito de 2001 para convocar a elecciones de constituyentes en octubre irán a la  justicia con un planteo de inconstitucionalidad.

 

En la retirada de la Legislatura Pérez cruzó palabras y se sacó fotos con la militancia kirchnerista que llegó a la Peatonal Sarmiento. Foto: Explícito
En la retirada de la Legislatura Pérez cruzó palabras y se sacó fotos con la militancia kirchnerista que llegó a la Peatonal Sarmiento. Foto: Explícito

 

 

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