Roll over y si no game over. El poder del gobernador Rodolfo Suarez está en las manos del peronismo. El mandatario necesita ganar la batalla legislativa por el endeudamiento de Mendoza para frenar la caída de sus acciones, que desencadenó con su avanzada por la instauración de la minería con cianuro en la provincia. Para ganar, necesita que al menos un grupo marginal del peronismo asuma el rol de dador de gobernabilidad.
En el primer intento por aprobar la deuda, el gobernador fracasó. Este lunes, la sesión de diputados pasó a cuarto intermedio hasta el miércoles después de que el Ejecutivo replanteara su proyecto.
Antes de cumplir el primer trimestre en el poder, la figura del gobernador no aguanta otra derrota política. Suarez liquidó las acciones de la tremenda victoria en las urnas con un error político de principiante. Avanzó en la legalización del cianuro para la minería cuando no estaban dadas, ni cerca, las condiciones sociales para eso. Y ahora se juega otra partida decisiva tanto para la política como para la gestión.
El Ejecutivo mandó a la Legislatura un pedido de deuda por 300 millones de dólares y la posibilidad de pagar deuda con vencimientos más cómodos en pesos. Luego bajó el techo del crédito a 210 millones de dólares y del roll over a 200 millones de pesos.
Suarez no tiene los votos propios para la mayoría especial que implica la deuda. Por eso, tuvo que flexibilizar su proyecto en pos de los votos que le faltan para no caer en el intento legislativo.
Sumando a los socios macristas del radicalismo, a Suarez le faltan cinco votos para ganar la batalla. Podrían reducirse a dos después de meterse al bolsillo los votos de Eduardo Martínez, del Partido Intransigente, y los de Mario Vadillo y Pablo Cairo, de Protectora. De todos modos, hay que esperar a la votación. Estas fuerzas suelen dar volteretas de último momento.
Sin los dólares frescos, la gestión va a crujir por los costados más sensibles. Y sino que lo digan los intendentes de la oposición. El peronismo territorial puede ser la llave del radical para salir del atolladero. Disminuido, conserva seis estructuras municipales bajo su mando: Santa Rosa, La Paz, Lavalle, Tunuyán, Maipú y San Rafael.
"A pagar deuda"
El gobierno dice que el crédito que busca es para pagar vencimientos de deuda. Es decir, busca ampliar los plazos de la deuda, que creció de modo exponencial en dólares bajo la conducción de la provincia de Alfredo Cornejo.
Mendoza tiene que afrontar vencimientos por 6500 millones de pesos. Los delfines legislativos del gobierno amenazaron con un recorte letal en la obra pública si la oposición no le da la venia a Suarez para endeudarse. La deuda que apremia equivale a cerca del 70 por ciento del presupuesto para obras contemplado la pauta 2020.
Los intendentes tienen necesidades de caja. Ahí reside la principal arma de negociación del gobierno con un sector del peronismo. El ala territorial de la fuerza opositora está atomizada entre los intendentes y caudillos regionales. El resto del justicialismo y sus aliados se reparten entre el kirchnerismo y el futuro albertismo, que prometen va a venir más temprano que tarde.
Los legisladores territoriales del peronismo votaron divididos la denominada Ley del Cianuro, con la que el gobernador no bien asumió atendió al apetito voraz del lobby minero no bien asumió. El kirchnerismo votó con el oficialismo, junto a legisladores del intendente de San Rafael, Emir Félix.
La alusión al tratamiento de la Ley del Cianuro es inevitable en la previa de la votación del endeudamiento. Suarez ganó en su primer test legislativo merced a un pacto con la conducción del peronismo, que fue gambeteado por parte del partido y todos sus intendentes de no ser por Félix, quien tiene intereses empresariales personales en la minería metalífera. El gobernador y los peronistas mineros ganaron en la Legislatura, pero perdieron en las calles. La Ley del Cianuro fue derogada, con costo político altísimo compartido por el oficialismo con la principal fuerza de oposición.
La herencia
La autorización para pedir plata prestada ahora es vital para la gestión de Suarez. Las cuentas de Mendoza están altamente dañada después de la gestión de Alfredo Cornejo. Aumentó la deuda, cayó la actividad económica, aumentó la desocupación, cayó el salario, cerraron cientos de empresas y se multiplicaron los pobres bajo el imperio provincial del presidente nacional de la UCR.
La gestión de Suarez está en manos del peronismo, como la suerte política de la segunda cruzada a matar o morir en menos de tres meses del mandatario. El peronismo no presenta una unidad incólume ni nada que se parezca. La superestructura tiene a Anabel Fernández Sagasti a la cabeza, quien interpreta al kirchnerismo puro y duro en el Congreso de la Nación. A la par, los intendentes necesitan plata. Y Suarez la tiene, o la va a tener si consigue la aprobación del endeudamiento.
El ala que conduce la estructura del PJ presentó el plan de endeudamiento que estaría dispuesta a votar. Los radicales consideraron que la cantidad de condiciones que añade le quita efectividad a la ley.