Marina Schifrin trabajó dos años para una empresa que producía videos. Pero a sus jefes no les importaba el contenido sino la cantidad de visitas que recibían las producciones.
Entonces Marina, cansada de tanto sacrificio, decidió hacer su obra más éxitosa: un video de ella bailando en el que anuncia su renuncia. Y tuvo más visitas que nunca: más de 8 millones de visitas en apenas cuatro días.
La renuncia:
Ante tanta difusión, la empresa no se quedó callada, y con la ayuda de otros empleados, realizó un video como respuesta, en el que no niegan las acusaciones de Schifrin, explican que comen en el trabajo porque no hay restaurantes cerca y que para los empleados que se quieren divertir la empresa cuenta con una pileta en sus instalaciones. Además anuncian que están buscando gente para contratar. El único requisito es saber bailar bien y tal vez ser un poquito explotado y ponerle cara alegre al jefe al que solo le importan la cantidad de visitas.
La respuesta a la renuncia: