¿Hasta dónde salpica el derrame de la renta de la explotación de Vaca Muerta? Los límites dependen de la política, que está condicionada por infinitos intereses. En los últimos días, terminó de configurarse un escenario de confrontación en torno a este tema. Una movida del gobierno bonaerense para insertar a sus pymes en Vaca Muerta generó una fuerte reacción en Neuquén.
El Sindicato de Petroleros y las cámaras empresariales de la provincia fijaron una postura común frente al conflicto. Se opondrán a la llegada de empresas foráneas hasta que todas las locales estén ocupadas.
El líder sindical Guillermo Pereyra se apuró a marcar la cancha. "Ya tenemos mucha experiencia y estamos cansados de empresas que vienen a trabajar a la provincia y desaparecen de un día para otro dejando un tendal de deudas con nuestra organización, nuestra obra social y con proveedores locales", replicó al conocerse el plan del gobierno de María Eugenia Vidal para que empresas bonaerenses desembarquen en Vaca Muerta. La Federación de Cámaras empresariales suscribió la respuesta del también senador nacional por el MPN.
El derrame del negocio grande con los hidrocarburos neuquinos es el telón de fondo del conflicto. El derrame está definido por las inversiones destinadas a rentabilizar los recursos naturales. Una multitud de empresas de todos los tamaños participan en su distribución. En cambio, la renta petrolera se concentra en un puñado de compañías de gran porte.
Al margen de la crisis
Vaca Muerta se mantuvo al margen de la crisis que paralizó a gran parte del aparato productivo. La renta de la explotación está garantizada, aún en un escenario general adverso. Su producción cotiza en dólares y no tiene déficit de demanda.
En ese contexto, políticos y empresarios ajenos a Neuquén empezaron a buscar alternativas para entrar al negocio. El gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal organizó la movida más grande y visible. Diagramó un programa para difundir los bienes y servicios demandados por las petroleras.
El “Encuentro de Pymes proveedoras de Vaca Muerta" se reunió por tercera vez la semana pasada, en Mar del Plata. La organización del espacio está a cargo del ministro de Producción bonaerense, Javier Tizado.
"En Vaca Muerta hay una gran oportunidad para las empresas de la provincia de Buenos Aires", proclamó el funcionario antes de identificar el obstáculo que se propone eludir con su plan: "Lo que está fallando es la articulación, a muchas empresas se le hace muy difícil tener contacto con una empresa de servicios petroleros o empresa petrolera".
Fuerte impacto
La avanzada bonaerense golpeó intereses de sectores neuquinos influyentes en la política petrolera. Los gremios de obreros y jerárquicos como la Federación de Cámaras Empresarias integran la Mesa de Vaca Muerta. En ese espacio se reúnen con representantes de las petroleras y de los gobiernos nacional y provincial.
El empresariado neuquino vinculado al sector energético salió a bancar la postura expuesta por Pereyra.
"La Federación de Cámaras del Sector Energétco de la Provincia del Neuquén (FECENE) manifesta su coincidencia con las manifestaciones del Sr. secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, referido a la necesidad de generar una cadena de valor virtuosa en relación a la producción hidrocarburífera de la Provincia", consignó la entidad en un comunicado firmado por representantes de las tres cámaras que la conforman.
Luego, aportó argumentos a favor del rechazo al desembarco de empresas foráneas en Vaca Muerta. "Resulta imprescindible que la producción local de bienes y servicios se desarrolle y provoque el crecimiento del empleo y la absorción de los problemas socio-económicos que estos emprendimientos producen", consideró.
"No podemos contemplar pasivamente la importación del desempleo de otras regiones", advirtió la federación.
Y remató: "Estamos profundamente satsfechos de poder desarrollar una polítca armónica con el Estado Provincial, la organización gremial y el sector privado".
