El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que el acuerdo que negocia Irán con las principales potencias mundiales sobre su polémico programa nuclear supone una amenaza para la existencia del Estado de Israel y ha esgrimido su "obligación moral" de resaltar las diferencias que tiene en esta cuestión con el presidente estadounidense, Barack Obama.
"Como primer ministro de Israel tengo la obligación moral de hablar a la cara de estos peligros mientras aún haya tiempo de evitarlos", ha afirmado Netanyahu durante un discurso ante el influyente 'lobby' judío Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelí (AIPAC).
Las palabras del premier israelí se producen en la víspera de su intervención ante una reunión conjunta del Congreso estadounidense. Su visita ha sido interpretada como un gesto para presionar a la Administración Obama apenas unas semanas antes de que se cumpla el plazo para lograr un acuerdo con Irán. El jefe de Gobierno de Israel intentará convencer a los congresistas estadounidenses para que veten cualquier acuerdo con la República Islámica.
Además, la visita de Netanyahu fue gestionada directamente por un congresista republicano y el embajador israelí sin informar previamente a la Casa Blanca, considerado un gesto poco protocolario que no gustó a Obama, que ya ha descartado una reunión con el mandatario israelí, y que ha provocado un grave distanciamiento entre ambos gobiernos.
Para, al menos de cara al público, dar una imagen de normalidad, Netanyahu acompañó su discurso ante el AIPAC con afirmaciones como que las relaciones son "más fuertes que nunca" y que seguirán mejorando. Para el primer ministro israelí, que unas 16.000 personas hayan acudido a su conferencia es una prueba de que "las noticias sobre la muerte de las relaciones entre Estados Unidos e Israel no solo son prematuras, sino erróneas".
El primer ministro israelí dijo que llega a Washington en un "momento crítico" en el que se dirigirá al Congreso estadounidense para denunciar los peligros de un acuerdo nuclear con Irán. "Mi intención no es faltar el respeto al presidente(estadounidense, Barack) Obama ni al puesto que representa", dijo Netanyahu en relación al haberse saltado el protocolo con la Casa Blanca.
El primer ministro afirmó que el propósito de su discurso mañana es denunciar que "Irán amenaza con destruir Israel, divide países en Oriente Medio, apoya el terrorismo y está desarrollando, mientras hablamos, la tecnología para construir armas nucleares", advirtió. "Los días de un pueblo judío pasivo frente a sus aniquiladores se han acabado, nunca más", aseveró el mandatario israelí, que recibió una gran ovación de los asistentes del "lobby".
Netanyahu efectúa esta visita a dos semanas de jugarse su futuro como primer ministro en las urnas y mientras los republicanos en Estados Unidos mantienen un pulso en el Congreso, que controla ese partido conservador, con la política exterior de Obama.
El primer ministro israelí indicó que no quiere inmiscuirse en "el debate partidista estadounidense". "Lo último que quiero con este discurso es que Israel se convierta en un tema de división entre los dos partidos", las relaciones con Israel deberían ser un asunto que cuente con el acuerdo de republicanos y demócratas, aseguró. "Estados Unidos e Israel son como miembros de una misma familia... Nuestra alianza es segura y fuerte", añadió Netanyahu.
Con un marcado carácter conservador, el AIPAC ha visto desfilar a Netanyahu, a "halcones" republicanos como Lindsey Graham o a senadores demócratas con importantes electorados judíos, pero las ausencias de este año dicen mucho más. Los influyentes asistentes no han escuchado a Obama, quien se subió a la tarima de este foro por última vez en 2012, año electoral, mientras que otras figuras demócratas han decidido hacer desplante a Netanyahu y su cabildeo.
Las únicas representantes del Gobierno estadounidenses en esta edición han sido la embajadora ante la ONU, Samantha Power, y la asesora de seguridad nacional de Obama, Susan Rice, quien dijo esta semana que la actitud de Netanyahu es "destructiva para los cimientos de nuestra relación".
Todo lo que rodea la conferencia del AIPAC siempre ha tenido que ver con cálculos políticos pues todo candidato presidencial pasa por sus focos, pero esa vertiente es más evidente este año. La invitación republicana para que Netanyahu hable en el Capitolio sin consultar a la Casa Blanca rompe con la etiqueta diplomática, pero es vista como una oportunidad de atacar la política exterior de Obama, considerada dubitativa y sin horizontes claros por los republicanos, ante el público estadounidense.
Con unos 5,3 millones, la comunidad judía estadounidense es la más importante después de los seis millones de judíos que viven en Israel, con lo que solo en estos dos países se concentra la mayor parte de miembros de esta confesión religiosa.
Fuente: Público.es