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Tras el desplante que le hizo Elisa Carrió a Pino Solanas en un acto, el senador nacional se refirió a la pelea horas antes de la cumbre que el FAUNEN pautó en Tunuyán: "Todos nos tragamos un sapito, pero no un sapo tan gordo".
En una nota publicada hoy por Pagina/12, el cineasta comentó: "Seré un activo militante por la unidad del espacio, pero no a cualquier costo. La discusión política no se resuelve con caprichos, gestos destemplados, provocaciones ni teatralizaciones".
"Las peleas personales son desagradables, sobre todo cuando se predica la tolerancia, la pluralidad, la concordia y se termina mostrando una enorme intolerancia. En política se construye con muchos matecitos de paciencia, respeto por la opinión del otro, sobre todo en un espacio que se fundó sobre la base de esa regla. Todo eso ya se vio esta semana y también es inaceptable desde el punto de vista personal, los desplantes de una dirigente que seguramente está muy alterada, algo le está pasando, porque se ha ido muy de cauce", disparó Solanas.
Este es un tramo de la entrevista que le hizo Página 12:
–La decisión de Carrió de aliarse al macrismo generó un cimbronazo muy fuerte en el FA-Unen y los cruces con usted pasaron de lo político a lo personal. ¿Cómo evalúa el futuro de la alianza electoral?
–Las peleas personales son desagradables, sobre todo cuando se predica la tolerancia, la pluralidad, la concordia y se termina mostrando una enorme intolerancia. Esto no se resuelve con caprichos ni con gestos destemplados. En política se construye con muchos matecitos de paciencia, respeto por la opinión del otro, sobre todo en un espacio que se fundó sobre la base de esa regla. Tenemos muchas coincidencias y algunos temas en debate y orígenes distintos, venimos trabajando con el centroizquierda en la tarea parlamentaria y muchas otras cosas. Pero no se puede construir un espacio sin tolerancia, sin respeto al otro. Todo eso ya se vio esta semana y también es inaceptable desde el punto de vista personal, los desplantes de una dirigente que seguramente está muy alterada, algo le está pasando, porque se ha ido muy de cauce. Yo acepto todas las diferencias y polémicas políticas, que son las que más me interesan, las otras cosas son del anecdotario personal, pero tampoco voy a dejar pasar inexactitudes porque hacen a mi trayectoria y dignidad personal.
–Pero las diferencias con Carrió llegaron a un punto en el que incluso se adjudicó el caudal electoral que lo llevó a usted al Senado.
–Esta señora no fue la que me eligió senador. A mí me eligieron los ciudadanos que ya me habían colocado en el año 2009 con casi un 25 por ciento en la otra legislativa. En ésta obtuve otros más, pero ni por broma fueron del PRO. El PRO había perdido las PASO con nosotros el 11 de agosto de 2013. El rejuntado de Unen, por el que nadie daba cinco guitas, le ganó al PRO y con un presupuesto publicitario 15 veces menor que el del PRO. Esa situación hizo que hasta el último voto del PRO fuera a sus dirigentes por temor a otra derrota. Tres puntos más de mis votantes los aportó esa masa de entre un 20 y 25 por ciento que fluctúa y que no es activo de ninguna fuerza política. Es la que le dio un enorme puntaje a Cristina en 2011, después bajó y todas estas cosas. En febrero del año pasado, cuando empezó nuestra relación, yo tenía el doble de votos que ella. Todas esas cosas son menores. Acá lo que importa es el debate de qué país queremos.
–La política de alianzas define o condiciona el proyecto político y en este tema las diferencias parecen insalvables. ¿Se rompe el FA-Unen o perdieron una precandidata presidencial?
–No me puedo adelantar a los acontecimientos, pero coincidimos la mayoría de los ocho partidos que lo integramos, salvo un sector del radicalismo y Carrió, que están negando todo lo que vinieron diciendo en estos tiempos y están provocando la destrucción de Unen. Son gestos de provocación porque se apartan de la carta fundante de Unen, que firmamos y la hicimos pública el 22 de abril del año pasado. El que quiera hacer otras cosas, que la haga, pero el espacio de Unen no da para eso.
–¿A qué le adjudica el cambio de opinión?
–Son proyectos distintos y cuando se van acercando los momentos de definiciones, eclosionan. Internamente empezamos la etapa de afinar las propuestas, esto nunca se discutió en la mesa de Unen y las veces que se discutió, se ratificó que el PRO no tenía cabida en este espacio.
–¿En qué ámbito se discutió?
–Por mi parte, que encabezo un grupo de senadores del interbloque, más seis diputados nacionales, y entre todos éramos cuatro jefes de partido, Luis Juez (FC Córdoba), Humberto Tumini (Libres del Sur), Mario Mazzitelli (PSA) y yo (Proyecto Sur) nos expresamos en los primeros días de mayo que el PRO no tenía ninguna cabida.
–A ese pronunciamiento no se sumaron los legisladores radicales. Y a uno de ellos, Sanz, titular de la UCR y precandidato presidencial del FA-Unen, no le disgusta coquetear con integrar una fórmula junto a Macri.
–Esta semana ha sido una acelerador de partículas o de ideas en Unen. Yo no soporto desplantes, actos intempestivos ni retos, como son los discursos de la señora Carrió. Su discurso en el acto del lunes pasado estaba lleno de estas ideas, ahora hay que aceptar también que el otro se posicione y conteste. Lo que hay que hacer es bancársela. Todos nos tragamos un sapito, pero no un sapo tan gordo. Mi discurso fue respetuoso, puedo hablar con fervor, pero expreso ideas que están en debate. Ya tuvimos debates públicos en Unen y hay que aceptarlos con altura.