Por primera vez en la historia de la Iglesia Católica se ha elegido a un papa latinoamericano. El argentino jesuita Jorge Mario Bergoglio, es el nuevo sucesor de Pedro. Ha adoptado el nombre de Francisco I, bajo el cual será llamado durante su mandato.
“Les pido que ustedes que recen al santo padre para que me bendiga”, dijo el nuevo pontìfice católico ante la multitud que aguardó durante horas en la plaza de San Pedro.
“Rezamos porque haya una gran hermandad (...) que ese camino de Iglesia que hoy empezamos sea bueno para el Evangelio”, agregó.
Bergoglio nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio y Regina.
Egresó de la escuela secundaria industrial E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen, con el título de técnico químico. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.
El proceso de elección del nuevo papa, quien también es el jefe del Gobierno del Estado Vaticano (el más pequeño y rico del mundo), inició el martes 12 de marzo, sin la existencia de claros favoritos para asirse a la silla de San Pedro. Ello, por divisiones entre los purpurados tras el escándalo de filtración a la prensa de documentos papales conocidos como Vatileaks.
En las jornadas de votación cientos de ciudadanos se reunieron en la plaza de San Pedro para ver las pantallas instaladas por el Vaticano y el color del humo tras las reuniones de los cardenales. Sin embargo, la afluencia fue menor a la del 2005.
La selección del sucesor de Benedicto XVI se dio antes de la misa de Ramos del 24 de marzo próximo, una de las más importantes de la Semana Santa y del año litúrgico.
El pasado 11 de febrero Joseph Ratzinger anunció su renuncia como Sumo Pontífice "por falta de fuerzas", durante un discurso pronunciado en latín en medio de una canonización en la Santa Sede de El Vaticano.
Aseguró que la renuncia al ministerio fue “en plena libertad” y “por el bien de la Iglesia Católica”, por “no ser capaz” de estar al frente del Vaticano, “después de haber orado largamente y tras examinar mi conciencia delante de Dios”.
Posteriormente, el 28 de febrero se oficializó la separación del cargo asumido el 19 de abril de 2005. Con la decisión Joseph Ratzinger se convirtió en el cuarto papa en renunciar en la historia y el primero en hacerlo en 600 años.
La normativa vaticana establece que el cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después del inicio de la sede vacante, con el objetivo de permitir a todos los cardenales del mundo acudir a Roma.