El Gobierno de Mendoza advirtió a los estatales que no usará la plata del superávit de 35 mil millones de pesos para recomponer los salarios de los trabajadores de la salud, maestros y demás empleados que esperan poder superar la línea de pobreza.
“Es un superávit que celebramos, pero que no permite tomar grandes decisiones en cuanto al gasto", soltó Víctor Fayad, ministro de Hacienda, en un intento de justificar la negativa oficial. Fue tras una presentación en la Legislatura.
En el marco de críticas al gobierno de Fernández por la inflación, el Gobierno de Mendoza hizo propaganda días atrás con el adelantamiento de las paritarias y el pago de una de las cuotas en las que dividió la suba 2022. Pocas horas después buscó quitarle expectativas a la suba.
Luego confirmó que el ajuste en los salarios es una de las variables del Gobierno para obtener superávit fiscal, y no será al revés, usar ese sobrante para aliviar a los empleados, como esperan los gremios. Por caso, el Ejecutivo se negó a dar ningún tipo de aumento en plena pandemia, el año previo a la obtención del superávit. .
El Ejecutivo no desconoce que los salarios de Mendoza están degradados a un punto en el que es una de las provincias de peores sueldos del país. Sin embargo, esta es una condición en su política de "economía sana" y lo exhibe como "modelo mendocino sostenible en el tiempo".
En palabras de Fayad: “Es importante tener una provincia ordenada, pero es gracias a que hemos tomado decisiones coherentes en materia de gasto, y no es política nuestra que el superávit se destine exclusivamente al pago de sueldos”.
n rueda de prensa, el funcionario se explayó: “Tenemos que equilibrar la demanda de los fondos públicos entre los distintos gastos que tiene la provincia: personal, proveedores, intereses de deuda, obra pública. Estamos ordenados, pero gracias al haber sido cautos en años anteriores, sobre todo en relación a la partida de personal y otros gastos que hemos eficientizado”.